19 octubre 2013

Industria financia 200 millones para el S-80

El S-80 iba a ser el primer submarino de diseño exclusivamente español. Era el proyecto estrella de Navantia y, para muchos expertos, la obra de ingeniería nacional de mayor relevancia en décadas. Aún lo sigue siendo, pero el programa necesita de una inyección económica para solucionar sus problemas de sobrepeso que evitarían que una vez sumergido volviese a la superficie. Y esta clase de submarinos destaca por sumergirse rápidamente y también por emerger del mar como si fuese un misil.

La empresa Navantia cogió el encargo de fabricar estos utilísimos aparatos y, no me pregunten cómo, han engordado de forma que ahora pesan mucho más de lo necesario para cumplir el principio de Arquímedes, que en resumen ilustra que un trasto medio sumergido recibe un empuje hacia arriba igual al peso del volumen que el fluido que desaloja. Es decir, que como submarino cumple perfectamente su papel de hundirse, pero la cosa es que no vuelve. Todo por unas 120 toneladitas de nada, que se han de tratar pues un submarino que no asciende a superficie sera de todo menos submarino.

En principio el tratamiento pasa por alargar lo que viene siendo la salchicha del submarino unos cuantos metros más y especialmente inyectar la estrambótica suma de 800 millones de euros, sí, 800, a los que hay sumar, los 2.135 millones de euros del proyecto inicial. Son casi 3.000 millones para una cosa que, al fin y al cabo, no vamos ni a ver como submarinos que son y muchísimo menos si tal y como viene nadando se va a plomo al fondo. Como se puede observar estos torpedos recibirán sin mayor disgusto casi un tercio más de presupuesto.




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