01 junio 2025

La flota secreta de Chile: El poder submarino que supera a gigantes militares y preocupa a propios como a extraños

 Una nación latinoamericana sorprende al mundo al igualar a potencias como Francia y Reino Unido en número de submarinos estratégicos. Con tecnología europea y una ubicación clave en el Pacífico, su fuerza naval representa una disuasión inesperada, incluso frente a potencias como Corea del Norte, Alemania o Brasil.

En el extremo austral de América del Sur, un país históricamente neutral se posiciona entre las grandes potencias militares del planeta en un ámbito inesperado: los submarinos con misiles balísticos. Chile, con una flota moderna y estratégica, ha superado a gigantes del armamento mundial, demostrando que el verdadero poder muchas veces opera desde las profundidades del océano.

Chile: Una potencia naval que emerge en silencio

La flota secreta de Latinoamérica: El poder submarino que supera a gigantes militares y preocupa a propios como a extraños
© Zona Militar.

El reciente Ranking 2025 de Military Watch ha revelado una sorpresa para el escenario geopolítico global: Chile figura entre los países con mayor número de submarinos de ataque con capacidad estratégica, igualando a históricos titanes navales como Francia y el Reino Unido, con un total de cuatro unidades.

Lejos de ser una casualidad, este posicionamiento responde a una inversión sostenida en tecnología naval avanzada. Actualmente, la Armada chilena opera dos submarinos de la clase Thomson (Tipo 209/1400) y dos de la clase Scorpène, todos basados en Talcahuano, una ciudad clave en su estrategia marítima.

Mientras otras potencias como Brasil, Corea del Norte o Alemania cuentan con menos unidades de este tipo, Chile consolida su rol como potencia submarina regional, con capacidad de disuasión estratégica y vigilancia oceánica de largo alcance.

Una flota con sello europeo y tecnología de vanguardia

La flota secreta de Latinoamérica: El poder submarino que supera a gigantes militares y preocupa a propios como a extraños
© Zona Militar.

Los submarinos Thomson de Chile, el CS Thomson (SS-20) y el CS Simpson (SS-21), fueron construidos por el astillero alemán Howaldtswerke-Deutsche Werft (HDW) en la ciudad de Kiel en 1984. Aunque veteranos, han sido modernizados para mantenerse operativos y efectivos.

Por otro lado, los Scorpène representan la modernidad de la flota. El O’Higgins (SS-23) fue ensamblado por Naval Group en Francia en 2005, mientras que el Carrera (SS-22) fue construido en el astillero español Navantia en 2006. Estas naves están equipadas con tecnología de última generación y han sido diseñadas para misiones silenciosas de larga duración.

Todos estos submarinos se encuentran desplegados desde la base de Talcahuano, un punto estratégico desde donde pueden cubrir vastas zonas del Pacífico sur.

Vigilancia estratégica y control oceánico

El poder de esta flota no es solo simbólico. A principios de 2024, Chile demostró su capacidad al emplear sus submarinos para monitorear la actividad de barcos pesqueros chinos cerca de las islas Juan Fernández, dentro de su Zona Económica Exclusiva (ZEE).

Estas misiones tienen como objetivo proteger los recursos marinos del país frente a la pesca ilegal, en especial del calamar, una especie en constante amenaza por flotas extranjeras. Como explicó el entonces Jefe de Pesca y Recursos Marítimos de la Armada, Capitán Rodrigo Lepe, “es una tarea vital, que se efectúa siempre, para el control y prevención de los recursos marinos”

El paso de embarcaciones chinas desde las islas Galápagos hacia el estrecho de Magallanes representa un riesgo ambiental y económico que Chile no subestima. La respuesta es clara: vigilancia silenciosa desde las profundidades.

Con una combinación de tradición naval, inversión tecnológica y estrategia oceánica, Chile ha logrado algo inesperado: convertirse en una de las potencias submarinas más importantes del mundo.


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