La industria de defensa estadounidense está poblada por muchos miles de empresas, pero sólo un puñado de emplazamientos son responsables del diseño y la integración de complejos sistemas de armamento.

Entre ellas se encuentran instalaciones tan conocidas como la planta de cazas F-35 de Lockheed Martin en Fort Worth y el extenso complejo de misiles de Raytheon en Tucson.