La Propulsión independiente de oxígeno, nace como una requerimiento de los submarinos de la segunda guerra mundial. Una respuesta radical y muy confiable pero a su vez muy costosa en estos días, es la propulsión nuclear. Los EEUU fueron los primeros en aplicar la energía nuclear a los submarinos con el Nautilus. Los rusos serían los siguientes en la lista de usuarios de la prestigiosa energía nuclear. Rusia asimismo, probó otras formas de propulsión que le dieran mayor autonomía a sus submarinos y sobre todo, la capacidad de no tener que salir a superficie para recargar baterías. Sólo 5 marinas en el mundo cuentan con submarinos de propulsión nuclear, mientras que a más de 30 marinas en el mundo sólo les quedó como alternativa viable, el uso de la combinación diesel-eléctrica para propulsar sus submarinos.
Esta necesidad llevó a las marinas al desarrollo de mejores baterías y dispositivos de Snorkel para mantener más tiempo sus submarinos bajo el agua.
Los primeros en usar AIP
Durante la segunda guerra mundial, los Soviéticos y los Alemanes realizaron diferentes pruebas al respecto. Los rusos usaron oxígeno líquido y diesel para hacer un motor de ciclo cerrado (CCD), sistema que estuvo instalado en el submarino M-401 entre los años 1940 y 1945
El ingeniero alemán
Walter, usando peróxido de hidrógeno altamente concentrado, propusieron vapor para mover una turbina y fue instalado en el U-boat XXVI.
Estas dos unidades sufrieron cantidad de problemas con el manejo del peróxido de hidrógeno como el oxígeno líquido en submarino. Ni Alemania ni la Unión Soviética tuvo los recursos para convertir estas naves en armas efectivas de guerra.
Los norteamericanos hicieron trabajos de investigación en base al sistema alemán, y si bien llegaron a corregir los defectos y lo instalaron al submarino x-1 a mediados de los años 50, la culminación del proyecto de propulsión nuclear desplazó por completo la utilidad de submarinos diesel eléctricos y la investigación de este sistema se abandonó.
Inglaterra hizo lo mismo con el sistema alemán y los instaló en el HMS Excalibur pero luego abandonaría el programa por la propulsión nuclear.
Los soviéticos siguieron 15 años más de pruebas después de la guerra, desarrollando su sistema con oxígeno líquido y diesel. Construyeron 3 submarinos clase Québec, y si bien lograron los objetivos de un notorio aumento en la autonomía de las naves, los incendios y accidentes con este sistema hizo que a mediados de los 70 se mandaran al desguace a los Québec y se archivara el proyecto por la falta de seguridad en el sistema.
También los soviéticos probaron el sistema alemán en un submarino hasta 1959. La Unión Soviética se mantuvo más interesada en su programa de submarinos nucleares, pero mantuvo la investigación a baja escala del AIP para su posible uso en sus submarinos Diesel que siguieron construyendo.
La máquina CCD rusa y la turbina a vapor de Walter alemana, llegaron a mejorar las capacidades de inmersión hasta en un 400%, pero sin rutinas establecidas de seguridad. Y con la carencia de tecnología para la seguridad, esta posibilidad de propulsión no pudo competir con la nuclear, pero la propulsión nuclear sólo puede ser usada por un puñado de países, dejando al resto de armadas del mundo con la espera que un sistema AIP algún día se desarrolle satisfactoriamente.
En la actualidad
El desarrollo del sistema AIP a recaído en Europa y son Suecia, Alemania y Francia los que mejores resultados han logrado usando 4 diferentes formas de AIP.
En nuestros próximos artículos publicaremos las experiencias actuales con este sistema y los posibles usos en las marinas americanas.
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