El K-219 fue un submarino nuclear estratégico soviético botado el 31 de diciembre de 1971. El buque, de 128 metros de eslora y 12 metros de manga, llevaba 16 torpedos a bordo (dos de ellos con cargas nucleares) y 16 misiles nucleares balísticos RSM-25U.
Días antes del accidente, una fuga de agua apareció en el compartimiento donde se alojaban los misiles. Los marinos decidieron, sin informar al comandante del buque, que era suficiente drenar el agua con mangueras dos veces al día. Durante una maniobra brusca para detectar posibles buques enemigos en el punto ciego de la embarcación, la gotera causó una despresurización completa del compartimiento.
No hubo tiempo suficiente para subir a la superficie y evitar que la presión hiciera explotar uno de los proyectiles. La deflagración destruyó la pared exterior del casco del submarino y las ojivas de plutonio de los misiles. Una corriente de agua se vertió a través del agujero en el casco y la reacción de esta agua con el combustible del cohete generó gases tóxicos que empezaron a inundar el submarino. Afortunadamente, pasados cerca de dos minutos, la tripulación logró realizar un ascenso de emergencia.
Sin embargo, el reactor aún no se había apagado y, de no hacerlo, muy probablemente habría ocurrido la explosión atómica del reactor y de todas las ojivas restantes en medio del Atlántico. Una vez que el sistema de control remoto del reactor fue destruido por la explosión, era necesario apagarlo manualmente.
El marinero Serguéi Preminin logró adentrarse a la cámara, cuya temperatura superaba los 70 grados Celsius, y a cuestas de su propia vida apagar el reactor. Además de Preminin, otros tres marinos fallecieron en el accidente. El resto de la tripulación, es decir, cerca de 50 hombres fueron evacuados a las embarcaciones marítimas soviéticas que se aproximaron al lugar de los hechos poco después.
Pese a que se llevaron a cabo intentos de remolcar el K-219, el submarino se terminó hundiendo el 6 de octubre y hoy descansa a una profundidad de más de 5,5 kilómetros.
¿Qué hacía el K-219 en la costa estadounidense?
En una entrevista con Sputnik, Ígor Kurdin, presidente del club de submarinistas de San Petersburgo y, más importante, subcomandante del K-219, contó detalles de la fatídica historia. Kurdin, por mera casualidad, no estaba a bordo del sumergible K-219 el día del accidente. Unos días antes, el oficial fue enviado a unos entrenamientos adicionales en la academia naval.
«En aquel entonces, todos nuestros submarinos ubicados frente a la costa de EEUU estaban preparados para lanzar misiles a través del territorio estadounidense en cualquier momento. Para eso estaban allí», explicó Kurdin.
De acuerdo con el exintegrante de la tripulación del K-219, el alcance de disparo de los misiles era de 3.500 kilómetros y era necesario acechar desde el Atlántico y el Pacífico para mantener a EEUU en el punto de mira.
Casi dos días después del accidente del K-219, el avión antisubmarino Orion, el remolcador de rescate Powhatan y el submarino Augusta de las Fuerzas Armadas estadounidenses se acercaron para ofrecer ayuda. Sin embargo, según Kurdin, en 1986 era impensable que la URSS aceptara la ayuda de su «adversario potencial». Además, ya nada más podía hacerse para rescatar la nave.
Sputnik
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