26 marzo 2016

El U-47 del LAC

NO crean que estoy diseñando una nueva línea de transporte metropolitano. El U-47 fue el submarino alemán que bajo el mando del comandante Gunther Prien penetró en la base naval inglesa de Scapa Flow, en octubre de 1939, y hundió al acorazado Royal Oak de la marina británica; todo ello en una operación diseñada con gran cuidado por la marina alemana en los inicios de la segunda Guerra Mundial. Se preguntarán ustedes qué relación tiene este sangriento episodio bélico con nuestro sistema de transporte metropolitano. Por supuesto que aquí no hay muertes y por supuesto que tan solo uso la denominación U-47 como un símil comparativo para explicarles que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. 

Nuestro alcalde y su concejalía de transporte se empeñaron en ofrecer la solución de las soluciones para el transporte en la ciudad, eliminando de paso contaminación y ruido. Se gastaron lo que no tenían en diseñar la línea de alta concentración, la llamo así por cómo van de compactados los pasajeros, revolucionaron todas las denominaciones de los U-Boote, perdón autobuses de la ciudad, y todo ello para terminar hundidos en la miseria, casi como terminaban los submarinos bajo las minas y bombardeos de la flota enemiga, transfigurada en opinión pública, critica de grupos políticos y denuncias de diversos colectivos ciudadanos. 

Cada vez que tomo un bus me imagino dentro de un submarino a punto de ser hundido por una carga de profundidad. No tengo claro el rumbo que voy a tomar ni sé si soy tripulante del U-47, del U-69 o del U-123, ni imagino al puerto al que llegaré. Al igual que los alemanes iban modificando sus naves para intentar evitar los avances de los radares aliados que los detectaban, nuestro Ayuntamiento va diseñando líneas, cambios de líneas y cambios de los cambios de las líneas para evitar el naufragio seguro de todo el sistema de transporte. 



El remate final, a manera de mina de profundidad superpotente, me lo han dado los vecinos del camino de Ronda cuando han protestado por perder dos líneas de buses. Y yo que creía que los buses eran molestos, pues no. Está claro que todos queremos un bus limpio y cómodo en nuestra puerta y que nos lleve a donde queremos y además casi gratis. La mejor solución: la Semana Santa. El alcalde supercontento con santos en las calles todos los días, los bares y los hoteles llenos, el tráfico cortado y los autobuses por cualquier sitio o, mejor, en sus cocheras. Vale.



Fracisco González 
http://www.granadahoy.com/article/opinion/2246530/u/lac.html

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