El astillero estatal Navantia continúa en sus talleres de Cartagena la construcción del submarino S-80 para la Armada Española, trabajando concretamente en la unidad S-81 Plus.
Como ya hemos comentado recientemente, el proyecto del submarino S-80 ya ha superado su fase de diseño una vez subsanados los problemas de «sobrepeso» que se detectaron sobre planos y simulaciones.
«Durante estos meses, Navantia ha afrontado el rediseño de los submarinos, lo cual ha dado como fruto un submarino de mayor eslora, con una mayor capacidad de desplazamiento, sin que haya perdido las capacidades que le convertirán en el submarino convencional de la siguiente generación: planta AIP [Sistema de Propulsión Anaerobio], capacidad de ataque a tierra, integración de sistemas y alta automatización», subrayan fuentes del astillero.
Desde Navantia se contextualiza el contratiempo experimentado en el proyecto: «Las dificultades técnicas que habían ido apareciendo a lo largo del programa son normales en el desarrollo y ejecución de un proyecto que consiste en la construcción de un tipo de submarino de la siguiente generación, que requiere de soluciones tecnológicas inéditas. La complejidad del diseño, desarrollo y de la construcción de un submarino de estas capacidades hace que un programa de estas características demande los estándares de construcción, ingeniería y gestión más exigentes, y que ésta se asemeje más a un programa espacial, que a un típico programa naval».
En los último meses, y tras la asesoría en el proyecto de la estadounidense General Dynamics Electric Boat, la Armada Española y Navantia celebraron con éxito la PDR (Revisión Preliminar del Diseño) uno de los hitos importantes del programa.
Además de dotar a la Armada de un submarino que satisfaga sus requisitos operativos, este proyecto es clave para Navantia ya que le otorgaría una gran capacidad de competir en el mercado internacional, que se prevé muy demandante en cuanto a submarinos durante la próximo década.
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