El submarino de la clase S-80 que construye el astillero público Navantia en Cartagena es uno de los programas militares más esperados por la Armada Española. Junto con las nuevas fragatas F-110 y el ya operativo LHD «Juan Carlos I», los sumergibles de la clase S-80 deberán constituir la columna vertebral de la proyección del poder naval español a partir de 2020, fecha para la que se espera su plena operatividad en la Armada Española.
Sin embargo, como cualquier proyecto tecnológico de tal envergadura, la construcción del S-80 no ha estado exenta de problemas, que ya parecen haberse corregido tras el asesoramiento en el proyecto de la estadounidense General Dynamics Electric Boat, a tenor de la fotografía que presentamos.
«El S-80 ya flota», nos informan fuentes militares conocedoras del proyecto. Es el nuevo S-81 Plus, como se le conoce a la versión del sumergible tras haberse subsanado los errores de cálculo que aparecieron en su construcción e impedían precisamente que el submarino flotase.
No es baladí el dato, pues la construcción del nuevo submarino español -cuya propulsión se basa en el novedoso Sistema de Propulsión Anaerobio (AIP), capaz de ejecutar inmersiones durante largos períodos de tiempo- fue detenida a principios de 2013 al detectarse que el primer buque de la serie, el «Isaac Peral» S-81, tenía un sobrepeso de 75 a 100 toneladas para su longitud: «Desviaciones relacionadas con el balance de pesos».
Este hecho ha motivado que debiera prolongarse la vida útil de los actuales tres submarinos de la Armada: el «Galerna» (S-71), el «Mistral» (S-73) y el «Tramontana» (S-74) mediante la realización de una 5ª Gran Carena. El cuarto submarino de la clase S-70, el «Siroco» (S-72), fue dado de baja precisamente porque la Armada Española pensaba que iba a recibir la primera unidad del S-80 este mismo año.
¿Cómo es el nuevo submarino que surge tras la corrección del sobrepeso? En este asunto, por ahora, hay secretismo.
En principio, tal y como informa aún la Armada Española en su página web el proyecto inicial estimaba su eslora en 71 metros, un diámetro de 7,3 m., 2.400 toneladas de desplazamiento en inmersión, con una dotación total de 40 marinos.
Habrá que ver en qué medida se mantienen estas características y algunas otras esperadas por la Armada como su velocidad a cuatro nudos sumergido y cargando el AIP, el sistema de escotilla que permite a un equipo de operaciones especiales salir a la superficie y actuar o la posibilidad, si se tomase la decisión política en el futuro, de armarlos con misiles Tomahawk.
Según la Armada Española, las misiones que debe desempeñar el Submarino S-80 son las que se detallan a continuación:
- Proyección del Poder Naval sobre tierra.
- Guerra Naval Especial.
- Protección de una Fuerza desembarcada.
- Vigilancia (I & W).
- Protección de una Fuerza Naval.
- Disuasión.
Los Submarinos S-80 deberán hacer frente, tanto en el Océano Atlántico como en el Mar Mediterráneo, a las amenazas de:
- Campos minados.
- Buques de superficie, con sonares activos y pasivos.
- Aeronaves antisubmarinas, con radar, sonoboyas activas y pasivas y sonar calable.
- Submarinos nucleares y convencionales de diseño avanzado.
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Publicado por Esteban Villarejo el feb 25, 2016
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