Hubo muchos fiascos en la Segunda Guerra Mundial, pero a quien nadie igualó sin duda fue a Enzo Grossi, comandante de un submarino italiano que pretendía haber hundido dos acorazados estadounidenses en aguas del Atlántico sur, en 1942.
Recibió por ello la Medalla de Oro al Valor, de manos de Mussolini, y la Cruz de Caballero, por parte de Hitler. Grossi apareció varias veces en el noticiero nacionalsocialista, medio desnudo junto a su periscopio.
Estuvo al mando de los submarinos Medusa y Barbarigo. El 20 de mayo de 1942 dijo haber atacado y hundido un acorazado norteamericano de la clase Maryland frente a las costas de Brasil. Y el 6 de octubre de 1942 declaró haber atacado en superficie y hundido un acorazado norteamericanco de la clase Mississipi en las cercanías de Freetown en Sudáfrica.
Por estas supuestas acciones Grossi fue ascendido a capitan de fragata y recibió dos Medallas de Oro al Valor (una por cada buque), de manos de Mussolini (la misma condecoración que recibiera Luigi Rizzo después de hundir en la primera guerra mundial el acorazado austro-húngaro Szent Istvan), y por parte alemana ambas clases de la Cruz de Hierro y la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro de manos de Hitler.
Grossi recibe la Cruz de Caballero
Pero una vez finalizada la guerra se probaría que ninguno de los ataques llegó a tener éxito. Uno de los barcos a los que había disparado sin hacer blanco era la corbeta británica Petunia. Ambas acciones fueron objeto de dos comisiones de investigación con resultados controvertidos:
La primera lo degradó y le retiró las condecoraciones. La cuestión se dilucidó ante un comité de investigación de la Armada en 1949, que acusó a Grossi de ser un fanfarrón, retirándole las condecoraciones por valentía y los ascensos obtenidos. Enzo Grossi, en abierto conflicto con la Junta de Investigación y con sus conclusiones escribió una carta al presidente de la misma defendiéndose: “además de mí, por lo menos otras seis personas vieron los torpedos golpear los objetivos y oyeron las explosiones que siguieron. Podría haber sido una alucinación colectiva , pero las explosiones se escucharon desde el interior del casco” . “En cuanto a por qué la corbeta británica no se dirigió a atacar al submarino que estaba allí cerca en superficie, tiene su explicación: prefirió posponer el juego con el submarino hasta cumplir con su tarea primordial que era rescatar a los superevivientes de la nave confiada a su escolta , que fue alcanzada por torpedos y hundida.
Submarino Barbarigo
Algunos se preguntaron los motivos de un juicio tan severo por parte de la Primera Comisión, y se pusieron de manifiesto algunos de los errores cometidos (por ejemplo, el comité había cambiado las fechas y horarios del hundimiento ignorando las diferentes zonas horarias) . Crecían las sospechas de que la Junta había decidido sobre la base de prejuicios políticos (Grossi se había unido a la República Social Italiana y había estado al mando durante la guerra de la base de submarinos Betasom en Burdeos), además de que uno de los miembros del comité era de los almirantes acusados de haber tenido entendimientos con el enemigo desde mucho antes del armisticio del 8 de septiembre de 1943.
Mussolini, Grossi y la tripulación del Barbarigo
En 1962 se ordenó una segunda investigación a cargo de una Junta compuesta por un presidente , el almirante Nicholas Murzi y por dos miembros, el almirante Luigi Longanesi Cattani y el Capitán Paul Pollina. Esta investigación que reconoció la buena fe de Grossi (aunque no le fueron restituidas su graduación y sus condecoraciones), puso de manifiesto algunos errores de la primera investigación y determinó que se produjeron dos ataques , uno contra el crucero Milwakee y otro contra la corbeta Petunia, aunque ninguno resultó hundido.
Acorazado de la clase Mississippi
Los círculos de derecha italianos no quiseron dar crédito a la noticia, apuntaron a una constpiración e incluso alegaron que, durante la guerra los estadunidenses habían reconstruido los dos acorazados supuestamente hundidos por Grossi para no tener que admitir su pérdida. Finalmente, ya de modo póstumo, pues el italiano fallece en 1960, Grossi fue definitivamente privado de las medallas al valor, aunque nunca se le retiró la Cruz de Caballero.
Hugo A Cañete
Grupo de Estudios de Historia Militar
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