Autodidactas con éxito. Los estudiantes de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) que impulsan el Proyecto SIRENA (Sistema Integrado de Reconocimiento y Exploración Naval Autónomo) decidieron afrontar este gran reto científico y tecnológico, por sus propios medios, sin ayuda de sus profesores. Y su apuesta ya ha tenido una primera recompensa: van a participar como ponentes en el congreso internacional de tecnología marina Martech, que se celebra a partir de mañana martes, 9 de octubre en Gerona.
El objetivo del Proyecto SIRENA es preparar y llevar a cabo la fabricación de un vehículo submarino autónomo. La propulsión se la proporcionaría la energía solar.
Los estudiantes llevan ya 18 meses de duro trabajo, desde febrero del año pasado. Y aunque desarrollan el proyecto sin que ningún docente les dirija, aplican todos los conocimientos adquiridos durante su formación en la UPCT.
Los miembros del equipo de investigación son veinte, procedentes de diversos grados en Ingeniería, con lo que pueden repartirse el trabajo. Hay estudiantes de Ingeniería Naval y Oceánica, de Industriales, de Telecomunicaciones e incluso de Ciencias de la Empresas.
Novedosa fuente de energía
La solvencia de la iniciativa de estos alumnos, novedosa al incorporar placas solares a un vehículos submarino sin perjudicar sus características hidrodinámicas, ha logrado también que varias y muy relevantes empresas se hayan interesado en prestar su colaboración, aportando materiales o financiación, y que incluso alguna de ellas esté sondeando ya a los estudiantes para contratarlos una vez terminen sus carreras.
«Ha sido un proyecto bastante polémico. Muchos profesores nos han aconsejado que abandonáramos y que nos dediquemos a estudiar. Que nosotros no podemos hacer esto», explicó Juan Herrero, que llevará la voz cantante en la presentación en el congreso, como ponente del grupo investigador. «Somos alumnos sin ninguna experiencia pero también somos personas con mucho afán de superarnos. Y por eso, desde el principio, impusimos que el proyecto fuese creado, dirigido y realizado exclusivamente por alumnos (salvo las consulta a profesores para problemas puntuales), para poder hacer las cosas mal, para equivocarnos y así darnos cuenta y saber que nada sale a la primera, que hay que errar e insistir hasta conseguir el resultado óptimo», subrayó este joven emprendedor.
«No hay que rendirse»
«Y sobre todo que no hay que rendirse. Estamos en la universidad para eso, para aprender y dar lo mejor de nosotros», remachaba este joven, que tan solo tiene 21 años.
Pese al escepticismo que han encontrado en algunas personas de su entorno, otras les han apoyado firmemente. «Es asombroso lo que han diseñado por sí solos. Tienen un nivel tan alto como impulsores de proyectos que ya les gustaría a muchas empresas tenerlos como ingenieros», confesó el profesor Javier Gilabert, responsable del Laboratorio de Vehículos Submarinos de la UPCT.
El docente se mostró también sorprendido por el rigor académico con el que cumplen los integrantes del proyecto. «Somos muy estrictos. Por eso cuando una persona quiere unirse al proyecto tiene que ser consecuente con sus actos. Es decir, no obligamos a nadie a que trabaje, si una persona está y no trabaja se le echa, eso si, si una persona trabaja mucho y deja de lado el ámbito académico, también se le echa», detalla Herrero, portavoz del equipo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario