Desde el 17 de Abril parece que el nuevo órdago norcoreano no se desplaza por el aire sino por debajo de la superficie. Tanto Russia Today como la BBC se hicieron eco de la “desaparición” de dos sumergibles de la base de Hwanghae.
Durante estas últimas semanas se ha hablado mucho de la capacidad de Pyongyang para lanzar un misil de largo alcance con algún tipo de carga nuclear aunque parece que la posibilidad de realizar un ataque desde un submarino ha pasado desapercibida para el gran público. Numerosos expertos dudan de la capacidad de Corea del Norte para lanzar un misil de largo alcance contra EE.UU. Invisibles, silenciosos… Estos predadores del mar pueden tener suficiente autonomía como para alcanzar algún objetivo en Hawaii o la costa californiana sin apenas resistencia. ¿Pero es otro órdago más que sumar a la larga lista que copa las hemerotecas de medio mundo o es un peligro digno de ser analizado?
El uso de submarinos para atacar objetivos surcoreanos no es algo nuevo. El hundimiento del ROKS Cheonanhace tres años y que causó 46 muertes fue provocado por un sumergible fue provocado, presuntamente (Pyongyang nunca lo reconoció), por la marina del Norte. Si nos remontamos más atrás encontramos el incidente de Gangneung, en 1996, cuando un submarino de la clase Sang-O (tiburón en coreano) se infiltró en aguas territoriales de su país vecino con el propósito de recabar información. La misión fue un fracaso y muchos de sus tripulantes murieron. Además este episodio es famoso por ser uno de los pocos que ha aportado una fotografía de un submarino norcoreano.
La clase Sang-O es la versión de sumergibles más numerosa dentro de la flota norcoreana. La CIA considera que Pyongyang posee entre 40 y 50 de estos “tiburones” (de unos 30 metros de eslora por 3,4 de manga). Tienen capacidad para llevar torpedos y transportar tropas pero su tamaño y diseño les impide cargar (y mucho menos lanzar) una arma nuclear.
Los submarinos de la clase Yono son submarinos de pequeño tamaño (20mx2’5m) destinados a realizar ataques furtivos o infiltraciones en aguas poco profundas. Se calcula que en las bases norcoreanas hay más de tres decenas de éstos, aunque su pequeño tamaño y su facilidad para ser producido indican que podría haber muchos más. Un torpedo lanzado desde uno de estos sumergibles fue el responsable del hundimiento del ROKS Cheonan. Más pequeño que el modelo “Tiburón”, no supone tampoco ninguna amenaza “nuclear”.
Los submarinos de la clase Romeo ya pueden considerarse submarinos en toda regla. De 76 metros de eslora, tienen capacidad para cargar con una veintena de torpedos. Corea del Norte tiene en su haber 22 “Romeo” comprados a los chinos a principios de la década de los 90. Global Security les considera “obsoletos aunque usados como defensa litoral pueden dar problemas a una flota moderna”.
Finalmente, acabamos este repaso a las fuerzas submarinas de Kim Jong-Un con la clase Golf. Aunque no figuran en el CIA World Factbook (pero si en Global Security), es un secreto a voces que las fuerzas armadas norcoreanas poseen al menos una decena de estos sumergibles de fabricación soviética con capacidad balística. Los expertos consideran que los ingenieros de la armada podrían haber conseguido modificar las carcasas para que pudieran tener cabida tres misiles Nodong en sus silos.
Aun así, la posibilidad de usar submarinos como bases nucleares móviles es ínfima. Actualmente las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados en el Pacífico poseen tecnología suficiente como para detectar y neutralizar a cualquiera de estos sumergibles en cuestión de horas. Pese a ello, los expertos en defensa creen que Corea del Norte podría esconder plataformas de lanzamiento dentro de navíos mercantes, pudiendo ser desplegados con relativa facilidad
David González, para Miradas del Internacional.
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