Si se baja al detalla muy poco se parecen el moderno submarino S-81 que acaba de estrenar la Armada española con el que diseñó Issac Peral a finales del siglo XIX. Ambos son sumergibles, cierto; pero en cuanto a diseño, capacidad y prestaciones sus diferencias son de calado. Lo lógico tras más de un siglo y cuarto de desarrollo tecnológico. Hay algo sin embargo en lo que sí se dan un aire: su estructura básica, con forma de bala alargada y roma, igual que una enorme cápsula.
No todos los diseños se ajustan a esa pauta.
La compañía Highland Systems, con sede en Emiratos Árabes, ha diseñado un submarino que parece de todo menos un submarino. Las infografías que comparte la firma en su web se asemejan más a una espectacular nave espacial inspirada en la mantarraya, un concepto que ya vimos hace no mucho de la mano de DARPA, la agencia de investigación avanzada de Defensa de EEUU. Su Manta Ray es precisamente eso: un dron sumergible autónomo que imita a la criatura marina.
Kronos, un paso más allá
Ahora Highland System ha querido ir un paso más allá con una propuesta de submarino en toda regla capaz de transportar a diez pasajeros y un piloto. La nave, bautizada Kronos, es mucho más pequeña que el S-81, pero llama la atención por su aspecto: en forma de rombo, con una estructura muy similar a la de las rayas y dos “alas” que se pueden plegarse para facilitar su transporte.
“Con un diseño hidrodinámico futurista, ofrece un alto rendimiento, una eficiencia extraordinaria y reduce significativamente los costes de energía cuando está sumergido”, explica la compañía.
A la hora de diseñarlo quisieron además que fuera versátil y sirviera para “operaciones comerciales, de rescate y combate”. “Cuenta con un innovador diseño de casco que reduce el consumo de combustible, aumenta la velocidad máxima y proporciona una estabilidad superior”.
En cuanto a dimensiones, Kronos mide poco más de nueve metros de largo, casi 7,5 de ancho y 2,1 m de alto. Su peso es también bastante más reducido que el de otros modelos y está a años luz de titanes como el gigantesco Belgorod ruso. La estructura del sumergible de Highland Systems le permite situarse en los 10.000 kg de peso con una capacidad de carga de 3.000 en el agua.
Su velocidad máxima una vez en el agua es de 80 kilómetros por hora (km/h), marca que se ve rebajada a 50 km/h cuando se sumerge. A mandos puede descenderse a hasta 250 metros de profundidad —la marca máxima crítica—, si bien la profundidad de trabajo es de 100.
Kronos puede funcionar con combustible o un sistema híbrido gracias a un motor eléctrico. Cuando se combinan el sumergible ofrece una autonomía total de hasta 54 horas.
Si se opta por el modo solo batería, el submarino opera algo menos: 36 horas, el mismo tiempo durante el que garantiza el suministro de oxígeno. Cuando toca recargar la batería y reabastecerse de aire, el margen de ambos procesos es también el mismo: en torno a una hora y media.
A modo de broche, el interior ofrece un sistema de iluminación adaptativa, soporte vital automatizado y aire acondicionado. Por si el día de mañana se utilizase para fines militares, incorpora también —al menos eso muestran los gráficos— espacio para transportar media docena de minitorpedos.
A la espera de saber si algún día podremos verlo surcando las costas, nos queda, de momento, las impresionantes infografías y vídeos elaboradas por la compañía y las fotos del taller.
Imágenes: Highland Systems
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