El arqueólogo
submarino Mark Dunkley y otros tres buceadores han encontrado uno de los
cementerios oceánicos más grandes del mundo, que alberga 41 submarinos alemanes
y tres ingleses de la época de la Primera Guerra Mundial, informa el diario
alemán 'Der Spiegel'.
La mayoría de
estos submarinos se hundieron con sus tripulaciones a bordo, provocando que
muchos marineros murieran de forma horrible, ya fuera ahogados en el agua o
asfixiados en los compartimentos herméticamente cerrados de los buques.
Varios
submarinos de la Armada Imperial alemana todavía se consideran desaparecidos.
La suerte de
varios de ellos la aclararon Dunkley y su equipo de buzos. Por ejemplo,
hallaron el UB 17, tripulado por 21 hombres bajo el mando del teniente naval
Albert Branscheid, que se hundió frente a las costas del este de Inglaterra,
cerca del condado de Suffolk. El UC 21 se hundió no muy lejos, llevándose
consigo las vidas de 27 submarinistas comandados por Werner von Zerboni di Sposetti.
Estos y gran
parte de los demás submarinos se hundieron relativamente cerca de la costa, a
profundidades no mayores de 15 metros.
"Se lo
debemos a estas personas, para contar su historia", dice Dunkley. Trabaja
en Patrimonio Inglés, un organismo público que forma parte del Departamento de
Cultura, Medios y Deporte del Reino Unido. Su misión principal es salvaguardar
el patrimonio cultural del país.
Ahora los
británicos podrían considerar que, por ironías de la historia, estas medidas
benefician el patrimonio histórico de su antiguo enemigo. Dado que los alemanes
atacaban a naves civiles durante la Primera Guerra Mundial, la propaganda
británica se refirió despectivamente a los submarinos enemigos como 'asesinos
de bebés' ya que los submarinos alemanes fueron responsables del hundimiento
del crucero trasatlántico Lusitania, acción que sirvió de pretexto para que
Estados Unidos entrara en la guerra.
De hecho, uno
de los objetivos del proyecto de Patrimonio Inglés es recordar a la gente que,
a pesar de que la guerra submarina de la Segunda Guerra Mundial es mucho más
conocida, los sumergibles causaron considerables bajas en la Primera Guerra,
sobre durante los primeros años de la contienda, en los que la flota alemana fue
más eficaz.
A los
arqueólogos marinos les llamaron la atención varios hallazgos de dos o tres
submarinos alemanes situados en las proximidades el uno del otro. Para los
historiadores, eso es la prueba de que existía cierta estrategia de combate
alemana en una fase especialmente drástica de la guerra submarina, las llamadas
“Manadas de Lobos”
Nacho Padró
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