14 octubre 2024

Carlo Feccia di Cossato, as submarino

 Si bien generalmente han sido eclipsados por los U-Boats alemanes, los submarinos italianos de la Regia Marina tuvieron una excelente hoja de servicios en la Segunda Guerra Mundial, llegando a cobrarse un elevado número de víctimas entre los buques aliados en todo el Atlántico y el Mediterráneo. Italia tenía grandes barcos y mejores comandantes, y cuando ambos se unieron, los Sommergibili se convirtieron en algo temible para los Aliados. Uno de los mejores "ases" submarinos de la Segunda Guerra Mundial fue el capitán Carlo Fecia di Cossato, del que hablamos hoy. Nacido en Roma en 1908, se graduó en la Academia Naval de Livorno en 1928 y fue destinado primero a la avanzada italiana en Pekín, China, en el crucero explorador Libia. Más tarde comenzó a servir en submarinos durante la intervención italiana en la Guerra Civil española, concretamente en 2 misiones especiales. En 1939, Fecia di Cossato asistió a la Escuela de Submarinos de la Marina Italiana en Pola, tras lo cual fue ascendido a capitán de fragata y se le otorgó el mando de un submarino.

Carlo Fecia di Cossato, en una foto tomada el 1 de abril de 1942. Obsérvese la Cruz de Hierro, recibida de manos del propio Karl DönitzCarlo Fecia di Cossato, en una foto tomada el 1 de abril de 1942. Obsérvese la Cruz de Hierro, recibida de manos del propio Karl Dönitz
Durante la Segunda Guerra Mundial su primer mando fue el submarino Ciro Menotti, con base en Mesina y perteneciente a la 33ª escuadrilla de submarinos. En ese barco se enfrentó a la Royal Navy en varias batallas en el Mediterráneo, pero su verdadero momento de gloria llegó con su siguiente mando, el submarino de la clase Calvi Enrico Tazzoli. Fecia di Cossato recibió el mando de este barco, con el teniente Gianfranco Gazzana-Priaroggia como oficial ejecutivo. Fecia di Cossato y Gazzana Priaroggia (que más tarde recibiría el mando de los submarinos Archimede y Leonardo da Vinci) se convertirían en los submarinistas italianos de mayor éxito durante la 2ª Guerra Mundial.
El teniente Gianfranco Gazzana-PriaroggiaEl teniente Gianfranco Gazzana-Priaroggia
El Tazzoli en dique secoEl Tazzoli en dique seco
Como se puede ver, la unión de estos dos prodigios se trató sin duda de una combinación ganadora para la Regia Marina, como pronto se demostró cuando di Cossato llevó su barco a las oscuras aguas del océano Atlántico para cazar barcos. Con 1.332 toneladas, el Enrico Tazzoli era un gran submarino construido para largas travesías de caza en aguas lejanas. Su límite operativo era de 21.600 km. Con una tripulación de 66 voluntarios formados y motivados, dos cañones de cubierta de 4,7 pulgadas y cuatro cañones AA con ocho tubos lanzatorpedos, era un arma formidable y, en manos de un capitán de tal talento, se cobró un terrible tributo en las rutas marítimas aliadas.

Durante su servicio en el Atlántico (principalmente en el Atlántico Sur) di Cossato hundió 18 buques mercantes aliados con un total de 96.553 toneladas y otras 5.000 toneladas de buques enemigos dañados pero no hundidos del todo. Por su ejemplar servicio, el capitán recibió del Rey de Italia dos Medallas de Plata al Valor Militar y una Medalla de Oro al Valor Militar, y de los alemanes la Cruz de Hierro de primera (que recibió de manos del propio Karl Dönitz) y segunda clase y la Cruz de Hierro de Caballero. El Enrico Tazzolicazó mucho en aguas del sur, en las rutas marítimas cercanas a Brasil y hundió barcos griegos, británicos, yugoslavos, noruegos, holandeses, uruguayos y un carguero estadounidense, que sería su última victoria.
El Tazzoli en acciónEl Tazzoli en acción
Entre abril de 1941 y diciembre de 1942, el Enrico Tazzoli surcaría las aguas del Atlántico, viviendo toda serie de aventuras. Si bien mencionarlas todas requeriría más espacio (y conocimiento jaja) del que dispongo, menciono una especialmente destacada.

Esta transcurrió a mediados de mayo de 1941. El día 9, el Enrico Tazzoli disparó al petrolero noruego Alfred Olsen, pero no logró hundirlo directamente, por lo que el barco escapó. Sin embargo, el testarudo Fecia di Cosatto persiguió al petrolero durante dos días, empleando todos los torpedos restantes y un centenar de proyectiles de artillería, hasta que finalmente logró alcanzarlo y hundirlo. Aún así, el haberse quedado sin munición obligó a Tazzoli a regresar a la base, trayecto durante el cual fue atacado por un avión enemigo, el cual fue ahuyentado debido a la rápida reacción de las ametralladoras italianas.

Tras este período de año y medio de éxitos, el capitán Carlo Fecia di Cossato fue ascendido al cargo de comandante, recibiendo el mando del flamante torpedero Aliseo (de la nueva clase Ciclone) y de la 3ª escuadrilla de torpederos. Por su parte, el Enrico Tazzoli fue reconvertido para ser un carguero submarino en lugar de un submarino de ataque. Su nuevo comandante sería el capitán de corbeta Guiseppe Gaito. El 16 de mayo el Enrico Tazzoli salió de Bordeaux en dirección a Japón. Al día siguiente de su salida se perdió todo contacto con la nave, de la que jamás se volvería a saber nada. Posiblemente fue hundida entre el 17 y el 24 de mayo. Después de la guerra, la Armada Italiana realizó una investigación con la colaboración de la británica y la estadounidense sin obtener ninguna confirmación de los hechos.
El torpedero AliseoEl torpedero Aliseo
Por desgracia, su famoso capitán también tuvo un final desgraciado. El armisticio de 1943 le perturbó profundamente, al igual que a muchos hombres de uniforme que tanto habían luchado contra los Aliados para encontrarse, de la noche al día, en el bando contrario. El capitán di Cossato prestó un valiente servicio luchando contra sus antiguos aliados alemanes frente a Bastia en 1943. Sin embargo, la forma en que el Reino de Italia estaba siendo tratado por Gran Bretaña y Francia, así como el continuo trauma emocional y la confusión sobre el armisticio y la declaración de guerra a Alemania, le incapacitaron para continuar. En junio de 1944, el nuevo gobierno presidido por Ivanoe Bonomi se negó a jurar fidelidad al rey; el 22 de junio, Fecia di Cossato, monárquico acérrimo, se negó a su vez a jurar fidelidad al nuevo gobierno, que consideraba ilegítimo. Esto, sumado a los términos finales del armisticio, que exigían la rendición total de la Regia Marina, fueron la gota que colmó el vaso para el orgulloso capitán. “Hemos sido indignamente traicionados y hemos cometido un acto ignominioso sin ningún resultado", escribió, y el 27 de agosto de 1944 se quitó la vida en Nápoles. Ese fue el trágico final de la brillante carrera naval de uno de los comandantes de submarinos más exitosos de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario