Las profundidades marinas, ese incógnito lugar de la Tierra, será menos desconocido gracias a un nuevo robot chino hecho principalmente de silicona. Según sus propios desarrolladores, la máquina ha alcanzado los 10.900 metros de profundidad en la Fosa de las Marianas y ha sido capaz de nadar de manera autónoma en el Mar del Sur de China a 3.224 metros de la superficie.

Normalmente, los investigadores recurren a recipientes rígidos que puedan soportar la presión que hay en el fondo del océano. Sin embargo, este robot es blando, ligero y flexible, algo poco común en la robótica submarina.

Para fabricar este robot el equipo de científicos ha seguido el ejemplo del pez caracol de la Fosa de las Marianas. Este ejemplar vive a 8.000 metros de la superficie y se caracteriza por su adaptabilidad y movilidad en las profundidades.

Los desarrolladores se han guiado por la fisionomía del pez caracol para diseñar el robot. De esta manera, este tiene forma de pez y dos aletas laterales unidas por electrodos. Estos reciben energía eléctrica que simulan la contracción de los músculos del pez caracol y permiten que la máquina se mueva.

El robot está basado en la fisiología del pez caracol que vive a 8.000 metros bajo agua
El robot está basado en la fisiología del pez caracol que vive a 8.000 metros bajo agua.
ZHEJIANG LAB

Al emplear silicona blanda los creadores han podido distribuir los componentes electrónicos a lo largo de todo el cuerpo del robot. Esto hace que la tensión entre los componentes se reduzca bajo la presión marina y, además, permite rebajar el coste de su fabricación.

El robot ha tenido que pasar por diferentes pruebas

Una vez construido, el artefacto pasó por dos pruebas: una consistió en adentrarse a una profundidad de 70 metros en una cámara de agua presurizada de un laboratorio; y la otra sumergirse en el Mar de China Meridional, alcanzando más de 3.000 metros de profundidad.

Finalmente se comprobó la eficacia del robot en la Fosa de las Marianas, donde alcanzó los 10.900 metros de profundidad. En esta última prueba, el robot estuvo en todo momento unido a un submarino convencional de apoyo, el cual tomó imágenes del ensayo.

Aunque este artefacto sea mucho más lento que los submarinos convencionales y no esté preparado para grandes perturbaciones, puede resultar útil para explorar océanos, limpiarlos y prevenir la polución de las profundidades.