19 diciembre 2023

Las fechas de entrega de los próximos submarinos españoles: así serán el S-82, S-83 y S-84

 

Vista del submarino 'Isaac Peral' S-81, en la Flotilla de Submarinos del Arsenal de Cartagena, a 30 de noviembre de 2023, en Cartagena, Región de Murcia (España). La Armada recibe hoy el submarino S-81 Isaac Peral por parte de Navantia en Cartagena (Murcia). El sumergible, que se construye en las instalaciones de Navantia en Cartagena, iba a ser entregado en el primer semestre de 2023, pero finalmente se retrasó. El programa de submarinos convencionales oceánicos S-80 de última generación supone para la Armada española situarse entre las mejor dotadas del mundo en cuanto al arma submarina, y para Navantia colocarse entre los diez países capaces de diseñar y construir submarinos convencionales en todo el mundo.
30 NOVIEMBRE 2023;CARTAGENA;MURCIA;ARMADA;ROBLES;S81 ISAAC PERAL
Edu Botella / Europa Press
30/11/2023
Edu BotellaEuropa Press

El S-81, el primer submarino de la serie S-80, ya se encuentra surcando los mares, lo que ha provocado la atención del público sobre estos modernos submarinos que, aunque fueron anunciados por el Gobierno de Aznar hace más de 20 años, hasta el pasado mes no han entrado en funcionamiento. El S-81 es el primero de 4 submarinos que se prevé que se pongan en funcionamiento durante los próximos 5 años. La Armada española contaba hasta ahora con únicamente 2 submarinos operativos y espera, con estas nuevas incorporaciones, contar con una de las flotas de submarinos más modernas del mundo.

Made in Spain

Innovaciones técnicas aparte, los submarinos S-80 suponen un gran avance en la industria naval ya que han sido diseñados y construidos enteramente en España. Navantia (la empresa encargada, principal contratista de la Armada) se convierte así en una de las pocas capaces de fabricar submarinos, lo que abre la posibilidad de exportar el producto al extranjero, ya que algunos países ya han mostrado interés en adquirir estos submarinos españoles. Los submarinos S-80 tienen una eslora de 80 metros, un diámetro de 7,3 metros y un peso de 2.900 toneladas, siendo unos 10 metros más largo y 1.500 toneladas más pesados que la anterior clase.

Última gama

El coste del programa, que aumentó significativamente su presupuesto inicial, ha sido de 3.900 millones y según fuentes de la Armada son los submarinos convencionales (no nucleares) más modernos del mundo. Uno de los avances técnicos que incorpora esta nueva clase de submarinos es el Sistema de Propulsión Anaeróbica (AIP), el cual permite recargar las baterías del submarino en inmersión mediante un procesado de bioetanol y oxígeno que genera energía eléctrica. El sistema le permite permanecer durante grandes períodos de tiempo sumergido, que es la principal ventaja de un submarino nuclear frente a uno convencional. Sin embargo, el sistema todavía no ha sido implementado en el S-81 y tampoco lo tendrá el S-82 cuando zarpe por primera vez, sino que este se les incorporará cuando entren en dique seco para su primera revisión programada, para lo que habrá que esperar hasta 2026.

Al igual que el S-81, llamado Isaac Peral, el resto de submarinos de la serie han sido bautizados con nombres de pioneros de la navegación submarina, el S-82 ‘Narciso Monturol’, el S-83 ‘Cosme García’ y el S-84 ‘Mateo García de los Reyes’. El S-82 tiene previsto estar a flote en 2024, el S-83 en 2026 y el S-84 en 2028. A día de hoy, el programa de construcción de estos submarinos ha creado 2.000 empleos directos anuales y hasta 7.000 puestos de trabajo de forma indirecta.

Misiles y torpedos

En cuanto al armamento incorporado, los submarinos S-80 contarán con un sistema de combate con diferentes tipos de sensores y armas, como por ejemplo torpedos pesados, minas e incluso la capacidad de lanzar misiles tácticos, que es una funcionalidad que no posee ningún otro submarino no nuclear de la OTAN. En un principio las tripulaciones de estos submarinos rondarán entre los 30 y 50 marinos. Aunque algunas voces críticas han remarcado que el submarino no ha cumplido todos los avances técnicos que prometía, es de destacar que España tiene una industria lo suficientemente cualificada como para realizar estos trabajos. “¿Quién ha podido sondear jamas las profundidades del abismo? “, solo dos entre todos los hombres tienen el derecho a responder. El capitán Nemo y yo, decía Pierre Antrax, protagonista de 2.000 leguas de viaje submarino. Ahora España también tiene derecho pleno a incluirse en la respuesta.

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