21 enero 2019

Los submarinos nazis que podrían haber cambiado la historia

Recientemente un grupo de investigadores del Museo Jutland, especializado en guerra naval, ubicado en Thyboron, Dinamarca, descubrieron restos del muy particular submarino alemán U-3523. El U-3523 formaba parte de los denominados submarinos Tipo XXI, en su época sofisticados aparatos que, dicen los expertos, de haber llegado a participar más de la Segunda Guerra Mundial, podrían haber tenido un gran peso en el devenir de las batallas navales. 



Construidos para la Kriegsmarine durante la Segunda Guerra, los submarinos Tipo XXI eran sumamente avanzados para la época, y su diseño marcó pautas para las embarcaciones sumergibles de generaciones ulteriores. 
Tras una abultada pérdida de submarinos en 1943, la construcción de una nueva embarcación sumergible era urgente para la Kriegsmarine. Sin embargo, los Tipo XXI aún estaban en sus etapas iniciales y los ingenieros estimaban que los primeros podían entrar en servicio a finales de 1944. 



La mejora fundamental en los submarinos Tipo XXI fue el aumento considerable de la capacidad de sus baterías, aproximadamente el triple que en el Tipo VII-C ("el caballo de batalla" de la Kriegsmarine). Esto les permitió una gran autonomía bajo el agua y redujo drásticamente el tiempo de navegación en la superficie o cerca de ella. Los Tipo XXI podían navegar sumergidos a unos 9,3 km/h durante dos o tres días antes de necesitar recargar las baterías. Un submarino convencional de la época apenas podía mantener un máximo de 24 horas en inmersión. 



A la vez, los Tipo XXI eran muy silenciosos, por lo que eran más difíciles de detectar cuando estaban sumergidos. 
El diseño del casco ágil y "limpio" desde el punto de vista hidrodinámico permitía a los Tipo XXI una alta velocidad bajo el agua; de hecho, sumergido era más rápido que muchos buques de superficie. 
Otro punto fuerte de los Tipo XXI era lo rápido que podían sumergirse (a lo que también contribuía la forma de su casco). Por eso habrían sido difíciles de perseguir y destruir. El nuevo diseño de sus cascos también redujo la posibilidad de detectarlos con radares marinos o aéreos. 

Otro adelanto que tuvieron los Tipo XXI fue un sistema hidráulico de recarga de torpedos que permitía recargar los seis tubos lanzatorpedos de proa muy ágilmente. El Tipo XXI podía disparar 18 torpedos en menos de 20 minutos. Además contaba con un sonar pasivo muy sensible para su época. 

El nuevo diseño de los Tipo XXI tenía una eslora total de 76,70 metros, 5,60 metros de manga, 7,70 metros desde la cubierta hasta la quilla y un calado de 6,86 metros. La altura total desde la parte superior de la vela a la quilla era de 11,34 metros. 



Sobre la cubierta se alzaba una torreta de forma hidrodinámica de 3,64 metros de altura, 2,40 metros de anchura y 14,7 metros de longitud, que servía de soporte a la torreta antiaérea de proa, al radar aéreo extensible, a un aro localizador aéreo o FPR (de 1,3 metro de altura y 80 cm de diámetro), al periscopio de navegación, al periscopio de ataque, a un radar aéreo y al snorkel (este último recubierto de un material absorbente de ondas de radar y con el detector aéreo).
 

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