“Es un álbum enmarcado en la segunda guerra mundial, más concretamente en el papel que jugaron los submarinos durante la misma –asegura Damián-. Cuenta la historia de Erik Schultz, el técnico de comunicaciones de un submarino alemán, y de como la presión y la responsabilidad de su puesto lo hacen enfermar hasta el punto de poner en peligro la vida de sus compañeros”.
De aspecto frágil y enfermizo, iremos viendo a lo largo de su travesía como Schultz sufre el síndrome "Blechkoller" y como ciertos episodios de su infancia agravan su situación –comenta Javier Hernández-.
“Lo acompaña su superior Günter, que podríamos definir como el antagonista de Erik. Su carácter es fuerte e impulsivo. Por último destacaría el personaje del capitán, que podemos decir que encarna la figura paternal y que acaba jugando un papel determinante al final de la historia. La transformación física que experimenta este personaje ha sido, de hecho, un gran reto para mí como dibujante”.
“Blechkoller (o síndrome de la lata de sardinas) es un tipo de psicosis que padecían algunos tripulantes de los submarinos tras varias semanas de confinamiento, encerrados en un espacio muy reducido y con unas condiciones de vida muy duras -comenta Damián-. Apenas podían apenas sanear el aire dentro del submarino, sin poder asearse y sobre todo con la tensión de poder ser atacados en cualquier momento por las cargas de profundidad y acabar así en el fondo del mar sin escapatoria alguna”.
“Esa psicosis –continúa el guionista- podía provocar ataques de histeria donde los tripulantes llegaban incluso a infligirse autolesiones o atacaban a otros compañeros de tripulación. Es la enfermedad que padece el protagonista en su U-boot y que se ve potenciada por el desarrollo de la historia a lo largo de todo el álbum”.
Una enfermedad agravada por el ambiente claustrofóbico del submarino. “Al ser un thriller psicológico es fundamental reflejar ese ambiente –comenta Javier-. Para hacerlo utilicé planos muy cerrados y puntos de vista que reflejaran la incomodidad de las estancias dentro de un submarino. El tratamiento del color, potenciando su valor narrativo, me ha ayudado a recrear esos ambientes". “Sí, más que un cómic bélico (aunque ese sea el escenario) podríamos hablar de un thriller psicológico -añade Damián- porque el conflicto está, en gran medida, en la mente de Erik, nuestro protagonista. En la historia vamos alternando la acción en el submarino con flashbacks que cuentan una parte de su pasado y que nos dan pistas del origen de su enfermedad y de sus comportamientos en el presente”.
“Intentamos que el inicio del cómic empezará ya con un primer conflicto y luego en lugar de dejar respirar el lector las cosas se pusieran cada vez más difíciles para Erik. Y transmitir la sensación de opresión, la angustia y la claustrofobia que debían sentir los marineros durante esos largos periodos de confinamiento en los submarinos”.
Un ambiente subrayado por los estupendos dibujos de Javier Hernández: “Me interesa mostrar especialmente las expresiones de los personajes, su expresión corporal, que la ambientación ayude a reforzar esos aspectos, el estilo semi-realista que hago es ideal para ese propósito aunque también diría que no lo controlo del todo, intento no entretenerme mucho en los detalles para mostrar una idea que encaje bien con la narración”.
Jesus Jimenez
Fragmento de una viñeta de ’Blechkoller’Norma
No hay comentarios:
Publicar un comentario