La necesidad de reforzar la capacidad submarina del Ejército español no puede esperar más. Con más de 8.000 kilómetros de costa que proteger, la Armada Española está, de acuerdo con el capitán de fragata Augusto Conte de los Ríos, en una situación crítica. La reciente baja del S-74 Tramontana ha dejado a la flotilla de submarinos en su punto más bajo y aunque el nuevo S-81 Isaac Peral ya se ha entregado, aún pasarán meses antes de que alcance su plena operatividad. Así que ahora, como señala El Confidencial Digital, en España solo está disponible un submarino: el S-71 Galerna.
Para Conte de los Ríos, que acaba de publicar un artículo en la revista Proceedings del US Naval Institute en el que lanza una advertencia clara sobre las necesidades urgentes de la Armada española de tener una flotilla submarina mucho más numerosa: España necesita con urgencia 8 submarinos, muchos más que los cuatro previstos por el ministerio.
"Para cubrir todas las aguas españolas en las zonas económicas exclusivas del eje Baleares-Gibraltar-Canarias y los despliegues en el Mediterráneo oriental y el mar Rojo", donde participa en misiones conjuntas de la OTAN o de la Unión Europa, "se necesitarían hasta tres submarinos en servicio", señala en su análisis el experto en submarinos
La dependencia de un solo submarino
El S-71 Galerna, un submarino de la clase Agosta, es el único que permanece operativo tras años de recortes y bajas. Sin embargo, el S-81 Isaac Peral, primer submarino de la clase S-80, aún se encuentra en fase de pruebas y no alcanzará su total capacidad hasta 2025. La Armada sigue esperando la incorporación de los otros tres submarinos de la serie, pero los continuos retrasos por parte de Navantia ha alargado el plazo hasta 2029.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha mostrado públicamente su preocupación por esta situación. En visitas frecuentes a los astilleros de Cartagena, donde se construye el submarino más moderno de la Armada, la ministra ha insistido en varios ocasiones en la necesidad de acelerar la construcción de los nuevos batiscafos, una presión que refleja la urgencia de reforzar la defensa naval.
El capitán Conte señala en su análisis que, durante la Guerra Fría, España contaba con una flotilla de ocho submarinos que le permitía mantener un equilibrio tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo. Sin embargo, hoy el panorama es muy diferente. Argelia, por ejemplo, ha incrementado significativamente su flota, mientras que el Ejército español ha reducido drásticamente su capacidad. "España ha dado un paso atrás mientras su vecino y aliado ruso, Argelia, aumenta su poder", advierte en el artículo.
Para hacer frente a los despliegues en los que participa la Armada española, el capitán Conte calcula que España necesitaría tres submarinos operativos de manera simultánea. Pero, dado que el mantenimiento y las revisiones periódicas dejan a los submarinos fuera de servicio durante semanas o meses, España requeriría una flota de ocho sumergibles.
El plan actual de la Armada contempla la incorporación de cuatro submarinos de la serie S-80, pero la cifra dista mucho de ser suficiente, según el análisis de Conte. Este oficial propone que se amplíe la flota con nuevos modelos o, incluso, con vehículos submarinos no tripulados. Además, oficiales citados por el experto han planteado la posibilidad de encargar un quinto o sexto submarino de los S-80 si se dispone de mayor presupuesto.
El futuro, sin embargo, podría ir más allá. Los planes a largo plazo contemplan una nueva generación de submarinos, los S-90, e incluso se ha discutido la posibilidad de desarrollar submarinos de propulsión nuclear, algo que marcaría un hito en la defensa naval española.