El gobierno británico anunció este domingo que ha cerrado contratos por 4.000 millones de libras (4.870 millones de dólares) con varias empresas para financiar una nueva fase del proyecto de submarinos de ataque de nueva generación SSN-AUKUS.
Estos contratos, con grupos como BAE Systems, Rolls-Royce y Babcock, se inscriben en la alianza militar AUKUS cerrada con Estados Unidos y Australia para contrarrestar las ambiciones chinas en la región Asia-Pacífico.
Los dirigentes de los tres países de la alianza desvelaron a inicios de año el lanzamiento de este programa conjunto de submarinos de propulsión nuclear (aunque sin este tipo de armamento a bordo).
El primer ministro británico, Rishi Sunak, dijo entonces que era “el acuerdo de defensa multilateral más importante en generaciones”.
En un comunicado distinto, la constructora aeronáutica británica BAE Systems dijo que el futuro SSN-AUKUS “será el submarino más grande, más potente y más avanzado” suministrado a la Royal Navy.
Según este grupo, la inversión estatal “cubrirá el trabajo para su desarrollo hasta 2028″ y el “reclutamiento de más de 5.000 personas” en su fábrica en Barrow-in-Furness, en el norte de Inglaterra.
Los primeros ejemplares de este submarino deben entregarse al final de la década de 2030.
Los submarinos de propulsión nuclear son difíciles de detectar y pueden recorrer grandes distancias en largos periodos, además de ir equipados con sofisticados misiles de crucero.
Jefe de la ONU denuncia la “locura” de nueva carrera armamentista nuclear
El secretario general de la ONU, António Guterres, tildó hace unas semanas de “locura” la nueva “carrera armamentista” nuclear que avanza, mientras Corea del Norte ha advertido que la península coreana está “al borde de una guerra nuclear” por la actitud de Estados Unidos y Corea del Sur.
“Me he comprometido (...) a hacer todo lo que esté en mis manos para movilizar a los países sobre la necesidad de hacer desaparecer estos artefactos de la faz de la tierra”, dijo Guterres.
Los arsenales nucleares se están “modernizando para que estas armas sean más rápidas, precisas y sigilosas”, advirtió. “Vuelven a sonar los sables nucleares”, dijo, tildándolo de “locura”, antes de abogar por que se dé “marcha atrás” a la carrera armamentista.
“La única forma de prevenir el uso de armas nucleares es eliminándolas”, antes de que puedan “desatar una catástrofe humanitaria de proporciones épicas”, dijo.
Aunque no mencionó ningún estado, el temor a un conflicto nuclear volvió a surgir con las amenazas nucleares de Rusia tras la invasión de Ucrania o la carrera emprendida por Corea del Norte.
“Confrontación fratricida”
En plenas tensiones geopolíticas crecientes, los arsenales nucleares de varios países crecieron en 2022, en particular de China, aunque otras potencias nucleares han seguido modernizando su arsenal, según un informe del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri) publicado en junio.
El número total de cabezas nucleares entre las nueve potencias nucleares -Reino Unido, China, Francia, India, Israel, Corea del Norte, Pakistán, Estados Unidos y Rusia- cayó a 12.512 a principios de 2023, frente a las 12.710 de principios de 2022, de acuerdo con Sipri.
Sin embargo, los investigadores temen que se invierta la tendencia.
En particular Irán, que niega querer dotarse de armas nucleares pero cuyas reservas de uranio enriquecido han superado los niveles autorizados por el acuerdo de 2015 sobre el programa nuclear civil iraní.
Y Corea del Norte, advirtió en la ONU de que la península coreana está “al borde de una guerra nuclear”, culpando de ello a Washington y su estrategia en Asia.
Los actos “imprudentes” y la “histeria continuada de Estados Unidos y sus aliados en términos de confrontación nuclear (...) están llevando a la península coreana a una situación militar al borde de la guerra nuclear”, advirtió el embajador de Pyongyang, Kim Song, en un discurso ante la Asamblea General de la ONU.
Tras arremeter contra la política de Washington en el noreste asiático, Kim denunció una “situación actual peligrosa (que) es culpa de Estados Unidos, que busca perfeccionar su ambición hegemónica por todos los medios sobrestimando su poder”.
Con información de AFP
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