En junio de 1747 aparecen los planos del carpintero inglés de Harveston (Devon), Nathaniel Symons, que al contrario de muchos dibujantes, construyó realmente una embarcación sumergible para una persona, en 1729 con la que hacía demostraciones de inmersión en el río Dart, cerca de Totnes. Nathaniel Symons creó un barco de hundimiento por extensión y contratación con capacidad para una persona, pero sin medios de locomoción, ya que lo concibió como un entretenimiento para el público.Tenía la esperanza de obtener beneficios de su invento, pero nunca reunió más de “veinte chelines”, equivalentes aproximadamente a 1,39 $ o euros, mucho menos que su inversión y acabó sumido en el anonimato. Su espectáculo consistía en unir y sellar la parte de arriba haciendo coincidir los cascos, hundirse y pasados 45 minutos, abrir el casco y pasar el sombrero. A diferencia del sumergible de Borelli, muy semejantes en los planos, y según descripciones de la época, el submarino de Symons llevaba hacia la mitad un cinturón de cuero y cuando se apretaba éste, como en el fuelle de un acordeón, aumentaba la densidad de la embarcación y esta se sumergía gracias a la entrada de agua en los sacos de cuero, mientras que para salir a la superficie sacaba el agua, actuando como tanques de lastre.
Parece ser que tras la exhibición de Symons no fue muy exitosa: Acurrucado en el interior, frente a una multitud de espectadores, juntó las dos partes de su casco telescópico, pasó cuarenta y cinco minutos bajo el agua, luego separó el casco, subió a la superficie y pasó el sombrero. Sólo un hombre le dio una moneda.
NACHO PADRÓ
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