Israel recibió un cuarto submarino delfín de Alemania hoy.
El nuevo buque, llamado “Tanin”es un submarino del modelo ‘Dolphin AIP’, bautizado
como 'Tanín', lo que traducido del hebreo significa ‘aligátor’. En una
ceremonia en Alemania, en el puerto báltico de Kiel, a la que asistieron altos
miembros del Ministerio de Defensa de Israel y el ejército israelí, incluyendo
el director general de este ministerio Udi Shani, el comandante de la Marina de
Israel Ram Rotenberg y autoridades alemanas. Los funcionarios inauguraron el
nuevo barco rompiendo una botella de champagne sobre él.
Según un alto funcionario de la Marina de Israel, “el
submarino tiene alcance para todo”, y estará operacional en el Mediterráneo en
el 2013, agregó que necesita recargar su combustible y sus baterías una vez en
mucho tiempo. “Este submarino puede estar bajo el agua más tiempo”, agregó, y
dijo que tenía tanto “capacidades visibles como invisibles” y que operaría en
el Mediterráneo. es considerado uno de los submarinos más avanzados del mundo,
y es el más caro que posee Tzáhal (Ejército de Defensa de Israel)
Israel se está preparando para recibir un quinto y sexto
submarino de los Alemanes en un futuro cercano. La Marina de Israel ha tenido
que contener varios aumentos de desafíos en frentes múltiples en los últimos
años. “Los desafíos hoy en día son mayores y los submarinos son una aspecto
importante. Medio Oriente ha cambiado – incluyendo Egipto y Siria, y el Líbano
es el mismo – y debemos estar capacitados para operar en varias arenas y varios
frentes al mismo tiempo”, dijo el oficial.
Oficiales en la ceremonial del Kiel a bordo del Tanin |
La Flota Submarina Israelí
Normalmente, la Marina es la cenicienta de las fuerzas de defensa de Israel, pero con arreglo a su tamaño es una de las más sofisticadas del mundo.
La flotilla de submarinos mandada por un capitán de navío, o
Aluf Mishne, se formó en 1958 con la adquisición de dos viejos submarinos
británicos clase “S”, el Rahau y el Anin. A estos dos submarinos de la clase
“T”, el Leviatán y el Dolphin, se une el Dakar, tristemente desaparecido con
toda su tripulación en aguas del Mediterráneo la noche del 25 de enero de 1968,
procedente de Portsmouth y con destino a Haifa. El 28 de mayo de 1999, técnicos
de la Marina israelí, trabajando en conjunto con la de Estados Unidos,
localizaron los restos a 2900
metros de profundidad, al sureste de la isla de Creta y
a 500 kilómetros
de las costas de Israel. Estos buques de construcción sajona estuvieron activos
hasta los años setenta, cuando fueron dados de baja y reemplazados por los tres
clase GAL, de 420 toneladas similares al tipo 206 alemán.
Un decenio más tarde comenzarían los estudios para construir una nueva serie de submarinos conocida como la clase Dolphin, los cuales reemplazarían a los de la clase GAL. Estos estudios culminaron en 1989, y firmó el proyecto el entonces ministro de Defensa Isaac Rabin. Los nuevos submarinos inicialmente iban a ser dos, pero gracias a la Guerra del Golfo en 1991 y a la financiación alemana de los 300 millones de dólares que costaba cada submarino, se convirtieron en tres. Estos navíos fueron diseñados por H.D.W. y construidos en los astilleros alemanes Thysen Norseewerke en Emden.
Los nuevos submarinos, bautizados como es tradicional en la Heyl Hayam con los nombres de Dolphin, Leviatán y Tekuma, entraron en servicio con intervalos de seis meses entre 1999 y 2000. Exteriormente se distinguen, al igual que los GAL, por estar pintados de verde esmeralda. Muchos se extrañarán de que lleven ese color, pero su teatro de operaciones son las aguas costeras del Mediterráneo occidental, que son transparentes y de ese color. Este submarino es considerado por los especialistas navales como de última tecnología.
La clase Dolphin es fruto de unos requisitos operativos que han obligado a los ingenieros alemanes a trabajar junto con oficiales israelíes. Las características principales de estos submarinos son: eslora: 57,3 metros; manga: 6,8 metros; calado: 6,3 metros; desplazamiento: 1550 toneladas; autonomía: ocho mil millas.
Las armas de este submarino pueden ser lanzadas a través de sus diez tubos lanzatorpedos de 533 mm, estibándose hasta 20 torpedos alemanes DM2A3 Seahake, e igual número de minas o una combinación de todos ellos. Como es lógico, la inmensa mayoría de los equipos son alemanes.
La habitabilidad para su tripulación de 35 hombres es excelente, con literas individuales para el comandante y de 5 personas para la tripulación. La Marina israelí ha acertado plenamente en la adquisición de este tipo de navíos que podemos calificar de magníficos, siendo de los más avanzados en la actualidad y considerados como el submarino del siglo XXI.
Al sur de Haifa hay una pequeña base que alberga las unidades de buceadores de combate equivalente a los Seal (Sea Air Landing) de Estados Unidos, o los SBS (Special Boat Service) británicos, especializados en golpes de mano y que en número de 300 constituyen la unidad de élite de lucha contra el terrorismo. Esta fuerza altamente sofisticada sufrió en 1997 uno de sus más importantes reveses, al ser prácticamente exterminados los componentes de un comando de doce hombres cuando realizaban una infiltración en el Líbano, al hacer impacto un proyectil en la mochila del suboficial que llevaba los explosivos. De esta matanza solo se salvó un miembro del comando.
La valoración final es la de una fuerza pequeña pero temible y capaz de mantener las vías marítimas vitales abiertas para la supervivencia de Israel.
Un decenio más tarde comenzarían los estudios para construir una nueva serie de submarinos conocida como la clase Dolphin, los cuales reemplazarían a los de la clase GAL. Estos estudios culminaron en 1989, y firmó el proyecto el entonces ministro de Defensa Isaac Rabin. Los nuevos submarinos inicialmente iban a ser dos, pero gracias a la Guerra del Golfo en 1991 y a la financiación alemana de los 300 millones de dólares que costaba cada submarino, se convirtieron en tres. Estos navíos fueron diseñados por H.D.W. y construidos en los astilleros alemanes Thysen Norseewerke en Emden.
Los nuevos submarinos, bautizados como es tradicional en la Heyl Hayam con los nombres de Dolphin, Leviatán y Tekuma, entraron en servicio con intervalos de seis meses entre 1999 y 2000. Exteriormente se distinguen, al igual que los GAL, por estar pintados de verde esmeralda. Muchos se extrañarán de que lleven ese color, pero su teatro de operaciones son las aguas costeras del Mediterráneo occidental, que son transparentes y de ese color. Este submarino es considerado por los especialistas navales como de última tecnología.
La clase Dolphin es fruto de unos requisitos operativos que han obligado a los ingenieros alemanes a trabajar junto con oficiales israelíes. Las características principales de estos submarinos son: eslora: 57,3 metros; manga: 6,8 metros; calado: 6,3 metros; desplazamiento: 1550 toneladas; autonomía: ocho mil millas.
Las armas de este submarino pueden ser lanzadas a través de sus diez tubos lanzatorpedos de 533 mm, estibándose hasta 20 torpedos alemanes DM2A3 Seahake, e igual número de minas o una combinación de todos ellos. Como es lógico, la inmensa mayoría de los equipos son alemanes.
La habitabilidad para su tripulación de 35 hombres es excelente, con literas individuales para el comandante y de 5 personas para la tripulación. La Marina israelí ha acertado plenamente en la adquisición de este tipo de navíos que podemos calificar de magníficos, siendo de los más avanzados en la actualidad y considerados como el submarino del siglo XXI.
Al sur de Haifa hay una pequeña base que alberga las unidades de buceadores de combate equivalente a los Seal (Sea Air Landing) de Estados Unidos, o los SBS (Special Boat Service) británicos, especializados en golpes de mano y que en número de 300 constituyen la unidad de élite de lucha contra el terrorismo. Esta fuerza altamente sofisticada sufrió en 1997 uno de sus más importantes reveses, al ser prácticamente exterminados los componentes de un comando de doce hombres cuando realizaban una infiltración en el Líbano, al hacer impacto un proyectil en la mochila del suboficial que llevaba los explosivos. De esta matanza solo se salvó un miembro del comando.
La valoración final es la de una fuerza pequeña pero temible y capaz de mantener las vías marítimas vitales abiertas para la supervivencia de Israel.
Nacho Padró
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