El tránsito de submarinos y buques rusos en aguas de interés españolas se ha multiplicado desde que Rusia invadió Ucrania, obligando a la Armada a movilizarse para monitorizar su tránsito. en el contexto de la creciente militarización del espacio marítimo y las tensiones entre Rusia y las potencias occidentales. Una de las rutas más utilizadas por los buques rusos es el Mediterráneo. Es obvio que se trata de un paso crucial desde el punto de vista estratégico, pues conecta Europa, África y Asia, siendo una de las rutas marítimas internacionales más importantes para el comercio y la proyección de poder militar. Desde hace tiempo, la tensión va en aumento por la creciente militarización del espacio marítimo y los choques entre Rusia y las potencias occidentales. En este contexto, las fragatas españolas ‘Blas de Lezo’ y ‘Canarias’ se han visto obligadas a efectuar el seguimiento del submarino ruso ‘Novorossiyk’, acompañado por los buques auxiliares ‘Evgeniy Churov’ y ‘Alatau’ en tránsito desde el Mar Cantábrico hasta el Mediterráneo oriental.
El Estado Mayor de la Defensa ha informado que entre los pasados días 4 y 11 de septiembre, las fragatas ‘Blas de Lezo’ y ‘Canarias’ siguieron al submarino ruso. La fragata ‘Blas de Lezo’ partió desde el Arsenal de Ferrol, siguiendo instrucciones del Comandante del Mando de Operaciones Marítimas, con el fin de acompañar a la agrupación rusa durante su tránsito por los espacios marítimos nacionales de interés en el mar Cantábrico.
El submarino ‘Novorossiyk’ y el remolcador ‘Evgeniy Churov’ fueron monitorizados en el mar Cantábrico por la ‘Blas de Lezo’, que relevando a una fragata francesa. Siempre según la información difundida por el Estado Mayor de la Defensa, la fragata «mantuvo el seguimiento durante el tránsito frente al litoral gallego y hasta las costas portuguesas», donde fue relevada por un buque portugués.
Posteriormente, la fragata ‘Canarias’ continuo con la monitorización de las unidades rusas durante su tránsito por el golfo de Cádiz y mar de Alborán. Durante su paso por el estrecho de Gibraltar, se incorporó a la agrupación el remolcador ‘Alatau’, para continuar la escolta del submarino ‘Novorossiyk’ en su tránsito hacia el Mediterráneo central.Finalmente, la ‘Canarias’ completó su misión de vigilancia y transfirió el seguimiento a un buque francés, que tomó el relevo una vez la agrupación rusa abandonó los espacios marítimos de interés español. No es la primera vez que se detectan submarinos rusos en las cercanías de España. El pasado mes de octubre de 2023, hace menos de un años, se detectó un submarino clase Kilo II al sur de las islas Baleares. Clase Kilo es la denominación que utiliza la OTAN para designar a los submarinos rusos, de propulsión diésel y eléctrica.
El tipo de buques rusos que atraviesan el Mediterráneo varía desde submarinos hasta destructores y fragatas, dentro de la estrategia naval rusa de generar tensión en la zona. Fragatas como las de la clase Almirante Grigorovich han sido desplegadas en la zona, equipadas con misiles de crucero Kalibr, diseñados para ataques de largo alcance contra objetivos terrestres
La Armada subraya que las Operaciones de Presencia, Vigilancia y Disuasión son una «herramienta eficaz para mantener una vigilancia de los espacios de soberanía», lo que permite detectar posibles amenazas y «facilitar una respuesta inmediata y viable ante una potencial crisis».
Los Mandos Operativos Terrestre (MOT), Marítimo (MOM), Aeroespacial (MOA) y Ciberespacial (MOC) conforman la estructura de Mandos Permanentes. Diariamente, hay unos 3.000 efectivos de las Fuerzas Armadas involucrados en este tipo de operaciones bajo control operativo del Mando de Operaciones.
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