Hace unos meses la Universidad de Gotemburgo anunciaba una mala noticia: acababa de perder un submarino no tripulado por el que había pagado 3,4 millones de euros. El submarino Ran no desapareció en vano: sus datos nos han abierto la puerta a comprender mejor lo que se oculta tras el “glaciar del juicio final”.
Una nueva perspectiva. El equipo que operaba el submarino Ran cuando se perdió bajo el hielo ártico en enero de este mismo año ha publicado los resultados de su investigación. El estudio nos revela aspectos importantesdel lado oculto del glaciar Thwaites, el que se encuentra bajo el agua.
Glaciar “del juicio final”. El glaciar Thwaites es uno de los más importantes del mundo, todo por su volumen. Según las estimaciones de la Colaboración Internacional del Glaciar Thwaites los 483.000 km³ de agua que alberga esta masa de hielo serían suficientes, si este desapareciera, de elevar el nivel del mar en más de medio metro. De ahí su apocalíptico nombre.
Thwaites no es un glaciar al uso por otro motivo: su ubicación. El Glaciar Thwaites no se ubica sobre tierra firme como otros muchos glaciares. Su hielo se extiende también sobre la superficie del océano, creando una lengua de hielo o plataforma de hielo. Bajo esta plataforma el agua del océano se entremezcla con el agua del propio glaciar, generando unas dinámicas de especial interés para quienes estudian esta masa de hielo.
27 días de operaciones. Antes de desaparecer bajo el hielo Antártico Ran estuvo operando durante casi un mes bajo la plataforma de hielo Dotson, vinculada a este glaciar. Recorrió más de 1.000 kilómetros adentrándose hasta 17 km en la cavidad bajo esta plataforma.
Ahora por fin contamos con los datos compilados por Ran antes de su prematura desaparición.
Resultados de todo tipo. Tal y como explica el equipo, algunos de estos resultados son los que cabrían esperar. Por ejemplo, se observa que las corrientes submarinas más fuertes generaban erosión sobre la capa de hielo y con ello un mayor derretimiento. Así pudieron aclarar el motivo por el que el lado occidental de la plataforma Dobson se derrite más rápidamente .
El equipo señala también que algunas de las observaciones plantean nuevas preguntas. Por ejemplo, la existencia de irregularidades en la superficie oculta del hielo, semejantes a las dunas en un desierto, posiblemente causadas por el flujo del agua.
Los detalles del trabajo han sido publicados recientemente en un artículoen la revista Science Advances.
La cara oculta del hielo. El estudio es uno de tantos que ha estudiado este coloso helado. Sin embargo el equipo ha logrado adentrarse en lugares donde antes parecía imposible. Hasta ahora el estudio de esta masa de hielo dependía de mediciones satelitales o de la extracción de núcleos de hielo del glaciar, recuerda Anna Wåhlin, quien lidera el estudio recién publicado.
“Anteriormente habíamos utilizado datos de satélites y núcleos de hielo para observar cómo los glaciares cambian a través del tiempo. Al navegar con el sumergible dentro de la cavidad, fuimos capaces de lograr mapas de alta resolución del hielo de su cara baja. Es un poco como ver la cara trasera de la Luna,” indicaba Wåhlin en una nota de prensa.
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