Los avances que China está logrando en el desarrollo del submarino de misiles balísticos de propulsión nuclear Tipo 096 son una fuente de preocupación para Estados Unidos y sus aliados. Según un reciente informe del Instituto de Guerra Naval de Estados Unidos, China podría tener operativo este submarino SSBN (Submersible Ship Ballistic Nuclear) en 2030, en parte gracias a avances tecnológicos provenientes de Rusia. El Tipo 096, también conocido como clase Tang, será mucho más difícil de rastrear que el Tipo 094/clase Jin, un SSBN con misiles balísticos JL-3 actualmente en servicio en la Armada china y al que sucederá.
Christopher Carlson, analista de inteligencia técnica naval y coautor del informe, ha señalado que “los Tipo 096 serán una pesadilla. Serán muy, muy difíciles de detectar”. Las conclusiones de la investigación han sido respaldadas por otros siete analistas y tres agregados militares con base en Asia, según Reuters.
El Tipo 094 al que sucede es considerado relativamente ruidoso, lo que es una desventaja importante para un submarino militar. El nuevo SSBN mejorará sus capacidades de sigilo con tecnología de silenciamiento de vanguardia que le permite compararse con los submarinos rusos de última generación en este aspecto y también en cuanto a sensores y armas, según el informe.
Su tamaño será “significativamente” más grande que el de su predecesor, de 135 metros de eslora, para contener una “balsa” interna montada sobre complejos soportes de goma para amortiguar el ruido del motor y otros sonidos, similar a los diseños rusos. Carlson no cree que China haya obtenido la última tecnología de Rusia, pero sí que está produciendo un SSBN lo suficientemente sigiloso como para compararlo con los Akula rusos, submarinos que ya “nos resulta difícil encontrar y rastrear”. En términos de propulsión, sensores y armamento, lo hace con los SSBN Dolgorukiy de Moscú.
Vasily Kashin, académico militar chino de la Universidad HSE con sede en Moscú, ha señalado a Reuters que China puede haber logrado avances mediante adaptaciones de diseños rusos y otras fuentes como el espionaje, pero no cree que dispongan de los sistemas rusos de última generación. “China no es un adversario de Rusia en el campo naval. No nos está creando dificultades a nosotros, está creando problemas a Estados Unidos”, afirmó.
China mantiene en secreto los detalles sobre el SSBN, pero el estudio, basado en revistas militares chinas, discursos internos de altos oficiales del Ejército chino y datos de patentes, refiere imágenes de satélite, tomadas en noviembre en el nuevo astillero de Huludao en China, que muestran secciones del casco de un gran submarino en proceso de construcción.
El informe estima que tendrá una eslora de 150 metros y una manga de 12 o 13,5 metros, según sea un diseño de casco híbrido o de doble casco, siendo ésta última la opción que los autores consideran más probable. Desplazará, sumergido, 11.200 toneladas en el primer caso y 12.500 en el segundo, con una propulsión de 45.000 caballos de fuerza y una velocidad máxima de 29 nudos con casco híbrido y 28 con doble casco. Estará provisto, entre otras armas, de 16 misiles balísticos JL-3 dotados de un alcance de 9.000 kilómetros.
La perspectiva de un SSBN chino más avanzado complica la vigilancia submarina para las potencias occidentales y es uno de los impulsos del acuerdo AUKUS entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos que supondrá un mayor despliegue de submarinos de ataque británicos y estadounidenses en Australia Occidental. Para la próxima década se espera que Australia ponga en servicio sus primeros submarinos de ataque de propulsión nuclear con tecnología británica.
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