La Armada española no pasa por sus mejores momentos. No cabe duda. De sus varios problemas, quizás el más difícil de solucionar sea la necesidad de reemplazar en el momento actual buena parte de material clave. La situación en el componente aéreo es crítica. Al Harrier le quedan no más de 9 años de vida y los helicópteros antisubmarinos, los SH-60B, se están agotando poco a poco sin que el que se suponía iba a ser su relevo, el NH-90, siquiera tenga fecha de llegada. Es por este motivo que la adquisición de varias unidades del helicóptero norteamericano MH-60R ('Romeo') es necesaria, aunque solo sea como solución de contingencia.
Sobre la penuria y paulatina pérdida de elementos de lucha antisubmarina(ASW) no vamos a extendernos ahora, ya lo hicimos hace unos cuantos meses. También comentábamos los planes de la Armada para hacerse con 8 helicópteros antisubmarinos MH-60R, el actual modelo en servicio con la US Navy (y muchos otros países) que reemplaza al SH-60B, del que España es el último usuario del mundo. Vamos a tratar de explicar cómo es el MH-60R, por qué la Armada quiere este helicóptero y por qué es necesario.
Una maravilla tecnológica llamada 'Romeo'
Se puede afirmar, aunque son cosas siempre opinables y discutibles, que el MH-60R constituye, junto con el buque con el que actúa, el mejor sistema táctico antisubmarino. El helicóptero es el derivado naval del mítico utilitario UH-60 Black Hawk, y la variante MH-60R es un derivado directo del SH-60B que, desde 1988 ya opera con la Armada española. El primer ejemplar de producción se entregó en 2005 y, desde 2008, está operativo con la US Navy.
Es relativamente nuevo pero, a la vez, probado. El helicóptero es multimisión y, aunque su rol principal es la lucha ASW, también es capaz de realizar lucha antisuperficie (ASuW), así como tareas de búsqueda y rescate y combate asimétrico (piratería, etc.). Para su tarea antisubmarina cuenta con los mejores medios: radar de superficie, sonoboyas y sonar calable.
El radar de superficie es un modelo multimodo AN/APS-153 que cuenta con capacidad de detección y discriminación automática para localizar periscopios de submarinos. Este radar también lleva incorporado el interrogador IFF que indica si el objetivo detectado es hostil. Se trata de un magnífico radar con un alcance superior a los 300 km.
Las sonoboyas son un elemento vital en la caza del submarino. Se trata de elementos que se lanzan al agua (no se recuperan) y que despliegan una matriz de hidrófonos con los que escuchan las profundidades. Las hay de muchos tipos, pero las más importantes son las pasivas del tipo DIFAR, que solo escuchan y envían la información al helicóptero, y las activas del tipo DICASS, que emiten un sonar activo y se utilizan para confirmar la posición exacta del submarino detectado o crear una barrera. Las sonoboyas se controlan con el procesador de a bordo y el del 'Romeo' es de los más más avanzados.
Dispone del Raytheon AN/AAS-44, un sensor para seguimiento y designación de objetivos
El sonar calable en esencia es un hidrófono que se descuelga del helicóptero y escucha (o emite sonar activo) a la profundidad deseada. Es un elemento vital, complementario de las sonoboyas, pero con muchas ventajas sobre estas al ser más potente, preciso y utilizable todas las veces que sea necesario. El MH-60R utiliza el modelo AN/AQS-22 de baja frecuencia, desarrollado por Raytheon y Thales.
En cuanto a elementos de protección y electrónica dispone del alertador de misiles AN/AAR-47, el bloqueador (Jammer) de infrarrojos AN/ALQ-144 (que consiste en un cilindro que genera radiación infrarroja pulsante y engaña a los misiles de guiado IR) y los dispensadores de chaff / bengalas AN/ALE-39. También dispone del Raytheon AN/AAS-44, un sensor para seguimiento y designación de objetivos que lleva integrada imagen térmica (FLIR), telemetría y designación láser (es la 'bola' que llevan en el morro) y un equipo de guerra electrónica (ESM) Lockheed Martin AN/ALQ-210.
Como armamento puede llevar 2 torpedos Mk-54 en misión ASW y cuatro misiles Hellfire AGM-114, cohetes guiados de 70mm y un arma de 7,62 o 12,7 mm en la puerta derecha. También está preparado para utilizar el misil de largo alcance (185 km) Kongsberg Naval Strike Missile (NSM).
La clave: el sistema buque-helicóptero
Pese al alarde tecnológico descrito, la verdadera clave del MH-60R, al igual que lo fue del SH-60B, no son los sensores, radares o sonares, sino su utilización conjunta con el buque. Esta es la gran diferencia con la forma de trabajar de otros helicópteros. Otro helicóptero cualquiera vuela en misión de búsqueda y escudriña el entorno con sus sensores. Está en comunicación con el buque, sí, pero la información que le puede enviar siempre es una información elaborada por el propio helicóptero.
Si el helicóptero detecta un contacto de superficie, informará al buque de su posición (calculada por la tripulación) y le podrá añadir información obtenida por sus medios o su apreciación sobre el contacto, por ejemplo, el tipo de barcoo si es hostil. Esta información se envía (lo normal) mediante equipos de comunicaciones omnidireccionales y, aunque la información va encriptada, el helicóptero y el buque se delatan, pues sus emisiones pueden ser detectadas mediante ESM por una unidad enemiga.
El SH-60B y el MH-60R nacieron bajo la premisa del sistema LAMPS III (Light Airborne Multipurpose System), cuya principal característica es la sincronización entre el barco y el helicóptero mediante un enlace de datos permanente y en tiempo real: el DATA LINK.
Esta es la gran peculiaridad que marca la diferencia entre una forma de funcionar y otra. Con el DATA LINK el helicóptero no envía información subjetiva ni elaborada, no son datos 'cocinados' como en otros helicópteros, sino que, por el contrario, en el CIC del buque (Centro de Información y Combate, el 'cerebro' del barco) ven lo captado por sus sensores 'en crudo', sin necesidad de elaboración ni apreciación subjetiva. Es decir, ven la misma pantalla de radar, las mismas imágenes del FLIR, datos del sonar o de las sonoboyas lanzadas.
Esto es una ventaja fundamental. Son los propios especialistas en el buque quienes elaboran la información a partir de la recibida de los sensores del helicóptero y esto amplía sus capacidades de forma exponencial. Desde el barco se puede, por ejemplo, controlar las sonoboyas, dar instrucciones al radar o indicar que el helicóptero explore en una zona determinada. Se recibe del mismo modo toda la información captada por medios electrónicos (ESM) y esto permite, por ejemplo, hacer triangulaciones utilizando los propios sensores del buque.
Es como si el barco tuviera desplegados sus propios sensores en la posición del helicóptero
Además, los equipos que conforman el DATA LINK emiten de manera direccional, es decir, una señal en forma de 'pincel' muy fino dirigida a la posición del buque, por lo que es muy difícil que sea captada por el enemigo. Con el SH-60B se utiliza el AN/ARQ-44 en la banda C, mientras que el 'Romeo' utiliza el más avanzado AN/ARQ-59 que trabaja en la banda Ku.
La diferencia es abismal. Con otros helicópteros es como si el buque tuviera un observador avanzado que le va 'contando lo que ve', mientras que en el caso del SH-60B o del MH-60R, es como si el barco tuviera desplegados sus propios sensores (radar, sonar, ESM, etc.) en la posición del helicóptero, a más de 180 km de distancia.
¿La Armada prefiere el 'Romeo' al NH-90?
Se han dicho al respecto muchas cosas y con poco fundamento. Se ha mencionado que la Armada solo quería material americano e, incluso, que los sensores del NH-90 no eran válidos. Ni una cosa ni otra son ciertas. La cuestión no es ni el helicóptero ni los sensores, sino la integración entre las plataformas buque y helicóptero.
El problema del NH-90, cuestiones de precios y fiabilidad aparte, no son los sensores. Estos se le pueden poner y, en cualquier caso, todos serían extranjeros; es más, incluso el propio sonar calable del 'Romeo' está desarrollado por Thales (empresa europea). Pero el modelo de NH-90 que quiere la Armada para poder mantener esa integración buque-helicóptero, no existe y tardará en desarrollarse, entre otras cosas, por la complejidad de integrar equipos de procedencia norteamericana.
El entonces AJEMA (máximo responsable de la Armada) almirante Teodoro López Calderón, hoy JEMAD, ya dijo hace un año que "la Armada no podía estar 15 años sin helicópteros antisubmarinos". Esta es la realidad. La versión naval actual del NH-90, la NFH que tienen holandeses y alemanes, por ejemplo, no cumple con los requerimientos de trabajo que la Armada quiere, pues supondría un paso atrás incluso frente a las capacidades del SH-60B actual.
No se pueden comparar los sensores, sistemas, etc. de un helicóptero y otro, porque la verdadera diferencia va más allá y esta es la única razón por la que la Armada prefiere el modelo americano, porque le garantiza seguir con las mismas capacidades y forma de actuar, pero con material más moderno y capaz.
Cero accidentes desde 1988 operando con 6 helicópteros y con 12 desde 2002
Aparte hay otras cuestiones. Por un lado, la fiabilidad contrastada y la experiencia del SH/MH-60 frente a otros modelos y el conocimiento adquirido por el personal de mantenimiento español. Aquí se ha conseguido con estos helicópteros una disponibilidad y operatividad modélica, que se puede resumir en cero accidentes desde 1988 operando con 6 helicópteros y desde 2002 con 12. Por otro lado, todas las fragatas españolas actuales (incluso las futuras F-110) disponen de los equipos DATA LINK de integración con estos helicópteros, por lo que el modelo que llegue, sea el que sea, debe ser compatible con estos sistemas.
Hay otro tema interesante. Si se adquieren los MH-60R, la Armada tendría 28 helicópteros de la misma familia: 12 'Bravo', 8 'Foxtrot' y 8 'Romeo'. Contando con mantener en activo una parte de los 'Bravo' (4 al menos) se lograría una interesante masa crítica que permitiría rentabilizar el mantenimiento que ya se hace en España y que se extendería al Escuadrón de MH-60R de la US Navy, el HSM 79 'Griffins' desplegado en Rota, entre 8 y 12 aparatos, que generarían un interesante retorno industrial.
La operación de compra de 8 helicópteros 'Romeo' podría salir por unos 550 millones de euros. La Armada tiene ya todo listo para la adquisición, que Estados Unidos aprobaría de inmediato, a falta del visto bueno político. La cuestión ya no es si material europeo o americano, se trata de tener helicópteros antisubmarinos para operar con las fragatas o renunciar a sus capacidades. El 'Romeo' debe llegar, es necesario mientras el modelo definitivo no esté preparado ni tenga fecha de llegada.
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