Tras el fin de la Gran Guerra, Gran Bretaña no iba a dejar pasar la oportunidad de acabar con uno de sus quebraderos de cabeza. La armada alemana que puso en jaque a la Royal Navy. (1) El Tratado de Versalles imponía que Alemania, entregase material militar y la flota de guerra, además de la prohibición de fabricar submarinos (2) o U-Boot como eran llamados por los alemanes.
Como todos sabemos, las imposiciones de los Aliados, provocaron una crisis económica y social dentro de Alemania. En otras palabras, provocaron un estado de pobreza y una situación tan tensa de la que un partido político supo sacar tajada. El Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán: los nazis y a la cabeza Adolf Hitler. Sus objetivos, de sobra conocidos, devolver el esplendor a Alemania, e imponer la raza aria por encima de todas.
Para ambas, se tenía que pasar por el forro el Tratado de Versalles y lo hizo.
La Batalla del Atlántico (1939-1944)
Desde su llegada al poder, Hitler se preparó para la guerra. Consciente de la inferioridad de la armada alemana, puso en marcha un plan para fortalecerla, el conocido como Plan Z. El almirante Karl Dönitz le convenció de que la única posibilidad de tener victorias era atacando las rutas de suministro de Gran Bretaña.
U-Boot – Las naves submarinas
Dönitz era consciente de que la superioridad de la Royal Navy británica, era muy amplia. Sin embargo, estaba convencido de que los U-Boot (Unterseeboot, «nave submarina») iban a jugar un papel clave en la inminente guerra. Como veremos sus teorías no se convirtieron en realidad. (3)
Un error que pudo ser imperdonable
Corría septiembre de 1939. El III Reich de Hitler comenzaba las hostilidades. Polonia era arrasada en pocos días. La infantería polaca iba a caballo o incluso en bicicleta. La alemana por su parte con tanques, no había color. Por fin Gran Bretaña y Francia se dieron cuenta de lo que se cocía en Europa. Ni la guerra en España les había quitado la venda de los ojos, ya era hora. Con estos dos nuevos combatientes, el frente se iba a trasladar a las aguas del atlántico. (4)
La Kriegsmarine – La producción de U-Boot
A la Kriegsmarine o Marina Alemana, le pilló el comienzo de la guerra sin haber conseguido que el Plan Z hubiera dado los frutos esperados. La modernización de la armada y la producción de U-Boot no fue la esperada por los altos mandos alemanes. (5) Dönitz contaba con apenas 57 submarinos, de los que sólo 22 eran oceánicos del tipo VII, los únicos utilizables para el Océano Atlántico. Los Tipo VII, llevaban más combustible, más torpedos, incluso un cañón en cubierta para rematar a los barcos tocados. Con la declaración de guerra británica se puso en marcha el plan de acabar con los recursos que abastecían a la isla. Los barcos mercantes británicos tenían la orden de navegar en zigzag para evitar los torpedos alemanes.
Lo mismo pensó el capitán del SS Athenia, James Cook. El Athenia no era un barco mercante sino un barco que transportaba personas. Los ciudadanos americanos tenían miedo de la situación que se vivía en Europa. Muchos decidieron volver a casa. De los 1000 pasajeros aproximadamente que llevaba el Athenia, unos 300 eran norteamericanos.
El ataque de los U-Boot
A 400 km de la costa escocesa el SS Athenia fue acechado por un submarino alemán. Eran sigilosos, ni Cook, ni ningún tripulante o pasajero se dieron cuenta de lo que se avecinaba. El comandante Fritz-Julius Lemp supuso, que se trataba de un crucero auxiliar, ya que navegaba a oscuras, en zigzag y por rutas no ordinarias. (6) Los comandantes alemanes de U-Boot estaban obligados a respetar el Convenio de Ginebra. (7) Pero si Hitler se pasó por el forro a Versalles, iba a hacer lo mismo con Ginebra. Efectivamente Lemp pronunció la palabra clave ¡Fuego!
Lemp pudo cometer un error imperdonable. Aquella noche murieron 28 norteamericanos. Pudo ser la causa para que EE.UU. entrara en la guerra. El hundimiento del SS Athenia, recordó al hundimiento del Lusitania en 1915, por el que EE.UU. entró en la Primera Guerra Mundial. A su llegada al puerto Lemp fue amonestado por sus errores de reconocimiento. Temeroso de un nuevo frente, Hitler, se apresuró a desmentir los hechos y culpar a los propios británicos de querer enturbiar las relaciones germano-americanas. (8)
La manada de lobos – La estrategia vs Gran Bretaña
El inicio de la contienda pilló a la Kriegsmarine falta de efectivos. Los primeros años de la guerra no tuvieron el resultado que el almirante Dönitz esperaba. Se hundieron barcos mercantes, sí, pero no los suficientes para poner a Gran Bretaña en apuros. Los convoyes británicos seguían protegiendo a los barcos de una manera efectiva. (9)
Dönitz había ideado una estrategia para eliminar de forma efectiva las defensas británicas. La táctica se denominó Rudeltaktik, en castellano, manada de lobos. Para llevarla a cabo, la producción de submarinos tenía que llegar a unos 30 por día. Algo que era prácticamente imposible, si tenemos en cuenta, que el resto de flota también necesitaba efectivos. Sin embargo, la producción aumento tanto, que el Atlántico se volvió un escenario peligroso. Los submarinos alemanes, los U-Boot “cazaban en manada”. Un submarino avistaba a un objetivo, se comunicaba con todos por radio y acudían como lobos a su presa. (10)
Nuevas armas – Las cargas de profundidad
Los británicos pusieron en juego un arma nueva: las cargas de profundidad. A impactar con los submarinos o alcanzar una presión determinada, estallaban provocando que los submarinos se hundieran o tuvieran que salir a la superficie. Los británicos aguantaron bien hasta mediados de 1940. La caída de Noruega y Francia en manos de los alemanes, pusieron a prueba las defensas británicas. La etapa se conoce como los “tiempos felices” por los alemanes. Las toneladas de barcos británicos hundidos aumentaban considerablemente. (11)
Ataques nocturnos
La entrada de EE.UU. en la guerra en 1942, produjo un efecto contraproducente en las fuerzas Aliadas. Los norteamericanos no estaban muy de acuerdo con la táctica de los convoyes, por lo que no la solían utilizar. Los submarinos alemanes se frotaban las manos. Localizaban los puertos americanos en la noche y, simplemente, esperaban como un carnívoro con su presa. Otro “tiempo feliz” para los alemanes. Habían pasado tres años del inicio de la contienda y la Kriegsmarine estaba plantando cara a la mayor fuerza naval de todos los tiempos, la Royal Navy británica. (12)
El cazador de U-Boot
Los años 1943-1944 fueron los decisivos para el fin de la guerra en el Atlántico. El almirante estadounidense Max Horton, se hizo cargo de la limpieza del Atlántico. Para ello creó al mayor enemigo de un lobo: un cazador. Los escuadrones cazasubmarinos o “Hunter Killer”, tenían el único objetivo de hundir submarinos. La mejora tecnológica y el desciframiento de la máquina enigma inclinó la balanza del lado aliado.
En 1944, Dönitz retiró a los submarinos del Océano Atlántico, consciente de que Alemania había perdido la Batalla del Atlántico. (13)
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