Este programa cuenta con un presupuesto de 1.000 millones de dólares y está planeado que termine en 2028. Ese dinero servirá para desarrollar un misil con una carcasa de planeamiento hipersónico (C-HGB) y un acelerador de dos etapas.
Así, el cohete tendrá que elevar el planeador y acelerarlo a una velocidad hipersónica, momento en que el dispositivo se desacoplará del portador y planeará hacia el blanco del ataque.
El concepto Prompt Global Strike (ataque rápido global o PGS) en el que se basa esta iniciativa supone la capacidad de realizar un ataque masivo no nuclear contra infraestructuras militares, defensas antiaéreas y puestos de mando.
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