El descubrimiento de un narcosubmarino en España ha suscitado interrogantes sobre dónde y cómo se están usando estas naves, pues todos los decomisos anteriores hechos por Colombia y Estados Unidos en 2019 tuvieron lugar en el océano Pacífico.
El 24 de noviembre, las autoridades españolas confiscaron un submarino de 22 metros frente a las costas de la provincia de Galicia, norte de España, con alrededor de tres toneladas de cocaína. Se informó que dos de los tripulantes eran de Ecuador mientras que un tercero logró escapar.
Fuentes oficiales asignadas a la investigación declararon a El País que el submarino había venido de Colombia, pero había sido construido en Guyana y que llevaba “años operando”.
Los investigadores añadieron que los narcotraficantes habían apuntado a un arribo a Galicia, pues España ha usado la mayor parte de sus recursos marítimos en la vigilancia de su costa sur.
Esto va en contravía de las tendencias recientes, pues todos los narcosubmarinos que habían sido atrapados en 2019 hasta el momento, fuera en aguas colombianas o estadounidenses, se encontraron en el Pacífico.
La captura más espectacular ocurrió en julio, cuando un barco de la Guardia Costera se detuvo junto a un narcosubmarino en mar abierto y un tripulante saltó a la cubierta y golpeó en la escotilla hasta que se abrió. Contenía más de diez toneladas de drogas que en las calles alcanzarían un valor superior a los US$300 millones.
Aunque Estados Unidos ha capturado al menos tres narcosubmarinos este año, InSight Crime ha contado al menos 19 más naves en Colombia, a lo largo de su costa en el Pacífico.
Análisis de InSight Crime
Antes de la captura del submarino en España, la versión del uso de estas naves en 2019 parecía muy simple.
Con la producción de cocaína casi en un pico histórico en Colombia, los narcotraficantes necesitaban y podían permitirse diversificar sus medios de transporte, poniendo en riesgo cientos de millones de dólares de drogas en un submarino, lancha, avión o contenedor de barco.
En segundo lugar, el uso de submarinos era casi exclusivo de la autopista narcotraficante del Pacífico, pues la ruta del Caribe exige recorrer mayores distancias e internarse más en mar abierto.
VEA TAMBIÉN: Noticias y perfil de Colombia
Los decomisos de narcosubmarinos en Colombia también mostraron cómo su uso se ha vuelto casi estándar para los grupos narcotraficantes que supervisan sus cargamentos en el exterior. Todos los decomisos rastreados por InSight Crime este año fueron hallados o en construcción o en uso en municipios remotos, como Tumaco, Timbiquí, Buenaventura y López de Micay.
El mayor decomiso que se ha registrado hasta la fecha en un submarino en Colombia se dio en septiembre, cuando un operativo conjunto Estados Unidos-Colombia atraparon una nave que transportaba ocho toneladas de cocaína frente a la costa de Tumaco, en el departamento de Nariño, al sur del país. Aunque las autoridades no han logrado asignar a grupos criminales específicos cada submarino capturado, se dice que la nave de Tumaco pertenecía al Frente Óliver Sinisterra, división de las Ex-FARC mafia especialmente activos en Nariño y a lo largo de la frontera con Ecuador.
Todo esto hace más fascinante el decomiso en España. En este caso la eslora de la nave, de 22 metros, es mayor que la de cualquier otro narcosubmarino que se haya capturado anteriormente e indica un mayor nivel de conocimiento de los fabricantes. Estas naves por lo general medían entre 6 y 12 metros, aunque el submarino de Tumaco confiscado en septiembre medía 18,5 metros.
Su eslora también puede ser otro aspecto revolucionario. Los narcosubmarinos dejan poco espacio para el confort, pues dedican la mayor parte de su espacio a la carga, con tanques de combustible apilados en la parte frontal y muchas veces sirviendo como zonas de dormitorio, informó Vice.
Este enfoque simple para trayectos transatlánticos ha rendido resultados y es muy improbable que este fuera el primer narcosubmarino que llega a costas europeas.
Según El País, los rumores de que estos submarinos estaban llegando a costas europeas y africanas eran “ya una leyenda para los agentes españoles que luchan contra el narcotráfico”.
Pero la leyenda acaba de hacerse realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario