Dos submarinos británicos, el 'HMS Ursula' y el 'HMS Unshaken', patrullaron las costas ibicencas e intervinieron en la Operación Torch durante las dos primeras semanas de noviembre de 1942
Durante la Segunda Guerra Mundial, tanto los aviones aliados como los alemanes atravesaron el espacio aéreo pitiuso como Pedro por su casa. Se sucedían las batallas aéreas sobre las cabezas de los ibicencos; numerosos Ju-88 germanos se estrellaban en los bosques y acantilados de Eivissa o atravesaban Formentera en formación para bombardear objetivos cerca de la costa argelina; hasta un Vickers Wellington aterrizó de emergencia en la pitiusa menor para, posteriormente, ser destruido por sus tripulantes. Y eso que España era, supuestamente, neutral. Igual sucedió con los buques de guerra, que, como en la Primera Guerra Mundial, merodeaban por el litoral como lobos en busca de presas. Ya entre 1914 y 1918, y también pese a la neutralidad española, fueron numerosas las embarcaciones torpedeadas por U-Boot (Untersee-boot, submarinos alemanes) cerca de estas costas.
La presencia de buques de guerra a escasas millas de Ibiza se incrementó en noviembre de 1942, en los momentos previos y durante la puesta en marcha de la Operación Torch, el desembarco de tropas aliadas en Marruecos y Argelia. Al menos dos submarinos británicos fueron destinados a esta zona para evitar el paso de la flota alemana desde sus bases en Francia hacia el norte de África. Uno de ellos fue el 'HMS Ursula', el 'N 59' de la clase U, construido en 1938 y que en 1939 tuvo el honor de disparar el primer torpedo británico durante la guerra. Su comandante (desde el 6 de marzo de 1942 y hasta enero de 1943) era Richard Barklie Lakin (1914-2011), que antes estuvo al mando del 'HMS H 43' y posteriormente del 'HMS Safari'. El otro submarino destinado a estas aguas fue el 'HMS Unshaken', el 'P 54', puesto en servicio sólo ocho meses antes y que desde junio tenía como comandante a Charles Ernest Oxborrow, que también lo fue del 'HMS H 44' y del 'HMS H 50'. Oxborrow tuvo el triste honor de pasar a la historia como el único comandante de submarinos británicos que pereció porque lo olvidaron en cubierta.
El 'HMS Unshaken', que fue desplegado en las costas pitiusas durante la Segunda Guerra Mundial.
Reconocimiento antes del desembarco
El 1 de noviembre de 1942, el 'HMS Ursula' partió de Gibraltar. La Royal Navy le tenía encomendada una operación especial durante la Operación Torch, que comenzaría una semana después, así como patrullar en el «Oeste de Ibiza» durante los días siguientes al desembarco aliado en la costa argelina. Una de esas operaciones especiales se desarrolló la noche del 3 al 4 de noviembre y consistió en transportar hasta las cercanías del golfo de Arzew, al este de Orán (Argelia), a dos comandos que, en una piragua, llegaron a las 23.20 horas a ese tramo de la costa argelina para realizar labores de reconocimiento. Regresaron al submarino apenas hora y media después. La operación se repitió el día 7, a pocas horas del desembarco, pero con dos piraguas en esa ocasión. Sus componentes no volvieron al submarino, sino que permanecieron en tierra.
El 'HMS Ursula', que fue desplegado en las costas pitiusas durante la Segunda Guerra Mundial.
Después, el 'HMS Ursula' protegió la llegada de los buques que intervinieron en la Operación Torch, hasta que un día más tarde, la medianoche del 8 de noviembre, fue enviado de nuevo a la posición cercana a Ibiza para patrullar en estas costas.
«Avalancha de mensajes contradictorios»
Como recuerda Manuel Ros en 'La guerra secreta de Franco', pese a su tupida red de espionaje desplegada a ambos lados del Estrecho, los alemanes no supieron deducir a tiempo que el verdadero objetivo de las fuerzas angloamericanas era desembarcar en Orán. Y eso se debió a que debían analizar una «avalancha de mensajes contradictorios» de sus agentes. Y sin información fidedigna, no desplegaron a tiempo sus submarinos para atacar los convoyes que se dirigían hacia la costas marroquíes y argelinas. De ahí que no se produjera ningún hundimiento en las horas previas y que el 'HMS Ursula' tuviera poco trabajo aquel día.
la primera tripulación del 'HMS Ursula'. ROYAL NAVY
Pero sí lo tuvo el 11 de noviembre, cuando durante la patrulla entre Eivissa y el Levante español se enfrentó al submarino alemán 'U-73'. Una jornada más tarde concluía su vigilancia por esta zona y ponía proa hacia Gibraltar. Acabó la guerra como préstamo a la Unión Soviética, que lo rebautizó V-4, hasta que lo devolvió en 1950 hecho unos zorros y listo para su última misión: acabar en el desguace.
Como el 'HMS Ursula', el 'HMS Unshaken' partió de Gibraltar el 1 de noviembre de 1942 (en la que fue su primera patrulla mediterránea) para participar en la Operación Torch y para, como el submarino comandado por Richard Barklie, patrullar el mar al oeste de «Sant Antoni». En el desembarco aliado, la misión del 'HMS Unshaken' también consistió en trasladar a un comando hasta la costa cercana a Orán, donde desembarcó en kayak, y proceder allí a realizar labores de reconocimiento. El primer desembarco se produjo la noche del 3 al 4 de noviembre, tal como hizo el 'HMS Ursula' aquella misma jornada, si bien su misión apenas duró una hora. Repitieron la jugada durante la noche del 7 al 8 de noviembre, cuando dio comienzo Torch. El grupo encargado del reconocimiento tampoco volvió al submarino y permaneció en tierra hasta la llegada de las tropas aliadas.
Con capacidad para ocho o 10 torpedos, el 'HMS Unshaken' sólo transportó en aquella operación seis, para sí «hacer hueco a dos kayaks», los empleados en las labores de reconocimiento en tierra hostil, según se detalla en uboat.net. Una vez dejó cerca de la costa argelina al grupo de reconocimiento, la función del submarino comandado por Charles Ernest Oxborrow fue la de «guiar al convoy» del desembarco aliado. Acabada esa tarea, se le ordenó patrullar al oeste de Sant Antoni durante una jornada más, para dirigirse después hacia Gibraltar, el mismo cometido que se encomendó el 'HMS Ursula'.
Un bombardero Hudson de la RAF durante una patrulla. RAF
La presencia de los submarinos y la Operación Torch coincidió en el tiempo con la evacuación del campo de concentración de Formentera, donde se hacinaban cientos de presos republicanos: «Cogieron miedo, creyeron que las tropas aliadas desembarcarían por Balears [...] De la noche a la mañana, llegó la orden de traslado de todos los internos que nos encontrábamos en el campo», contó Antonio Godoy en sus memorias. Según los cálculos de Godoy, la 'limpieza' del campo –en la que colaboraron numerosos guardias civiles e incluso los militares vigilaron a los detenidos cuando estos llegaron a Ibiza para, desde ahí, ser conducidos a la Península– se llevó a cabo en la segunda semana de noviembre.
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