No hace falta ser explorador de profesión, ni siquiera científico. Gracias a la tecnología, sumergirse hasta el lugar donde descansan los restos del Titanic es posible este 2019 gracias a OceanGate, una empresa estadounidense de expediciones que, por primera vez, permite al viajero de a pie embarcarse en la aventura de su vida: un viaje de once días de duración que le llevará a las mismas entrañas del Atlántico para ver en primera persona lo que queda del mítico barco.
Recordemos la tragedia: el llamado unsinkable, el insumergible RMS Titanic partió del puerto de Southampton, al sur de Inglaterra, con destino a Nueva York, el 10 de abril de 1912. Cinco días más tarde, en las últimas horas del 14 de abril, choca contra un iceberg y se hunde a 3,8 kilómetros de profundidad y a unos 600 de las costas de Terranova, Canadá. Mueren 1.500 de los 2.224 pasajeros y miembros de la tripulación a bordo.
La fascinante historia tuvo un capítulo crucial en 1985 cuando la marina estadounidense descubre el lugar del hundimiento y otro momento que catapultó al Titanic al imaginario universal con la película de James Cameron, protagonizada por Kate Winslet y Leo DiCaprio. Mientras, de forma mucho más silenciosa, las bacterias han ido comiéndose el óxido de su casco de manera inexorable. Esto hace que la expedición de OceanGate sea probablemente la última posibilidad de ver los restos de la nave.
La empresa privada, fundada en 2009, cuenta con una flota de submarinos tripulados con capacidad para cinco personas con los que ya ha organizado trece expediciones a otros barcos hundidos. Nunca, eso sí, con pasajeros que no son investigadores o expertos biólogos.
Los viajeros que quieran unirse a la aventura de ver el Titanic se embarcarán en grupos de nueve personas. Las expediciones tendrá lugar entre finales de junio y mediados de agosto. Partirán en helicóptero desde St John, Terranova, hacia un barco base en el Atlántico desde el cual podrán sumergirse al menos una vez para contemplar lo que queda del Titanic.
Todo después de haber desembolsado 105.129 dólares, unos 92,000 euros. El precio puede resultar algo aleatorio pero es, de hecho, el equivalente (inflación incluida) de lo que costó el pasaje en primera clase a bordo del barco (4.350 dólares entonces). Ya hay lista de espera para algunas de las fechas.
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