Pasear por la playa y encontrarte con un submarino alemán de la Primera guerra Mundial. Es lo que les sucede a los habitantes de la localidad de Wissant, al norte de Francia, cada dos o tres años. La última vez, el pasado diciembre.
Las mareas, los fuertes vientos y de arena destapan durante unos días y luego vuelven a cubrir dos grandes trozos de la carcasa de este sumergible UC61.
"Encalló aquí porque era un submarino que depositaba minas y su intención era colocar minas. Pero para ello tenía que llegar a la costa porque en alta mar entre Francia e Inglaterra se habían colocado redes para atrapar submarinos. Este se acercó demasiado a la playa", cuenta Vincent Schmitt, guía turístico.
Los restos del aparato llevan encallados allí más de cien años, desde1917. Su tripulación, compuesta por unos veinte hombres lo hizo explotar para inutilizarlo antes de ser capturada por soldados franceses.
Según las autoridades locales, lo que queda de aquel enorme pez de cincuenta metros de longitud no representa ningún peligro y forma parte del paisaje.
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