Skurkiewicz ha respondido así a la pregunta de un parlamentario sobre el arma submarino del país, sobre la que el político ha recordado que en este momento se encuentra en proceso de desmantelamiento de sus cuatro buques de la Clase Kobben, que datan de la época soviética y, según los medios locales, “no tienen ningún valor militar”. De momento el ORP Kondor, el primero de estos antiguos submarinos, fue retirado del servicio a finales de 2017 y el ORP Sokol será baja el próximo mes. Polonia también cuenta con el ORP Orzel, de la clase Kilo, pero aún debe ser reparado tras el incendio que sufrió en el último trimestre del año pasado y que dejó en jaque a la capacidad submarina polaca, como publicó entonces Infodefensa.com.
El Ministerio de Defensa de Polonia reveló hace tres años los primeros detalles de su futuro proyecto de submarinos Orka, a los que prevé armar con misiles de crucero. En aquel momento las autoridades del país anunciaron que ya contaban con fondos reservados para esta compra y que el análisis de las distintas opciones se iniciaría durante el cuarto trimestre del año pasado, lo que permitiría poner en marcha el proceso de adquisición, algo que ahora ha quedado pospuesto.
De acuerdo con aquel anuncio el programa Orka preveía una financiación que se extenderá hasta el año 2024. El objetivo reconocido entonces es que los futuros buques estarían armados con misiles de crucero, si bien esto no modificaría la recepción prevista de los dos primeros submarinos en 2022 (el siguiente debería estar listo en 2030). Además la fuente adelantó que se crearía un nuevo centro para el mantenimiento de las naves y que las embarcaciones también serían capaces de transportar tropas ajenas a sus tripulaciones, entre otras novedades.
Este calendario queda sin efecto con la respuesta parlamentaria de Skurkiewicz. Ahora la francesa Naval Group, la alemana ThyssenKrupp Marines Systems (TKMS) y la sueca Saab Kockums deberán esperar otros cuatro años más para conocer quién fabricará los futuros submarinos polacos.
La prensa placa valoró en su momento la adquisición de los tres nuevos submarinos previstos en una horquilla que va de los 1.800 y a los 2.150 millones de euros. De acuerdo con fuentes de la industria militar europea, resulta difícil pensar que Polonia acabe optando finalmente por un fabricante de sus nuevos submarinos distinto a Alemania, aunque en su momento las autoridades polacas llegaron a asegurar que los sumergibles germanos de la clase 212A que podrían optar a este proceso no cumplían con los requisitos iniciales.
Fuente: Infodefensa.com
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