El 8 de septiembre de 1888 amaneció como un día cualquiera, aunque no iba a ser así. Al menos en San Fernando ya que se botaba el primer submarino con propulsión eléctrica del mundo. Diseñado y construido por Isaac Peral, el invento fue una revolución y aunque finalmente el proyecto se cerró sin que llegara a buen puerto sentó las bases de los submarinos actuales e incluso varias potencias ofrecieron dinero por hacerse con un submarino que ahora se encuentra en Cartagena.
Probado en aguas de la Bahía de Cádiz, el submarino realizó pruebas exitosas de ataque a otros navíos, si bien la falta de la autonomía que se esperaba y su detección en navegación diurna, hizo que desde el Gobierno se decidiera cerrar el grifo y no seguir mejorando un vehículo cuyo prototipo sorprendió por su capacidad, que hasta ahora no se había conseguido.
Tras fue la gesta que durante la época se lanzaron distintos objetos de promoción con la imagen del submarino e incluso las marcas se quisieron adueñar del gran logro lanzando cajetillas de cerillas que describían las pruebas, etiquetas de coñac, piezas de música, billetes e incluso abanicos conmemorativos.
De ello hace ya 129 años y en San Fernando este hecho apenas tiene relevancia. El tiempo fue desvaneciendo su importancia. En los astilleros isleños tan solo quedó la estructura del submarino que se guardó durante años sin mantenimiento alguno. Así el submarino pasó 39 años, desde 1890 hasta 1929, retirado en el Arsenal de la Carraca. Tras días y noches abandonado a la intemperie, la herrumbre hizo patria en su casco de acero y estuvo cerca de convertirse en un deshecho. La movilización de la población de Cartagena obró el milagro y lo salvó del desguace consiguiendo que el submarino fuera trasladado a la ciudad natal del marino. Fue sometido a un exhaustiva proceso de recuperación y finalmente está expuesto en el Museo de Naval donde puede visitarse.
No solo eso sino que allí también se encuentran algunos de los elementos que cuenta la historia de este importante avance para la navegación naval y la Armada española. Personas como Diego Quevedo cuenta con colecciones al respecto. Un submarino que se construyó en San Fernando y que sin embargo apenas se encuentra referencia alguna en la ciudad.
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