Nave con carga nuclear USS Cheyenne se encuentra en península de Corea y se suma a más submarinos y portaaviones
Un submarino nuclear de Estados Unidos atracó para hacer escala en el puerto surcoreano de Busan, según informó Seúl, en otra muestra de poderío militar estadounidense en un momento de alta tensión en la península de Corea.
El submarino de propulsión nuclear USS Cheyenne, de 6.900 toneladas y 110 metros de eslora, cuyo puerto base se encuentra en Pearl Harbor (Hawai) y está dotado con armas nucleares, arribó ayer a la citada ciudad portuaria ubicada al sudeste del país asiático.
El objetivo de su visita es repostar y ofrecer descanso a sus aproximadamente 130 tripulantes, según dijo un oficial del Ejército surcoreano a la agencia local Yonhap, quien añadió que no está previsto que el submarino participe en ninguna maniobra conjunta con Seúl.
El USS Cheyenne ha llegado a la península de Corea después de que el pasado fin de semana los portaaviones nucleares estadounidenses Carl Vinson y Ronald Reagan realizaran maniobras en aguas próximas a Corea del Norte, en un despliegue interpretado como una advertencia ante los constantes desafíos militares de Pyongyang.
Asimismo, a finales de abril, el submarino USS Michigan, dotado de misiles, también atracó en territorio surcoreano.
El USS Cheyenne es capaz de disparar misiles de crucero Tomahawk, con un rango de 3.100 kilómetros, así como misiles antibuque Harpoon, y ha participado en varias operaciones militares como la guerra de Iraq en 2003.
Los repetidos ensayos armamentísticos norcoreanos han deparado un endurecimiento de la retórica de Washington tras la llegada al poder en enero de Donald Trump, cuya Administración ha insinuado la posibilidad de realizar ataques preventivos si Pyongyang no abandona su programa nuclear y de misiles.
Asimismo, a finales de abril, el submarino USS Michigan, dotado de misiles, también atracó en territorio surcoreano.
El USS Cheyenne es capaz de disparar misiles de crucero Tomahawk, con un rango de 3.100 kilómetros, así como misiles antibuque Harpoon, y ha participado en varias operaciones militares como la guerra de Iraq en 2003.
Los repetidos ensayos armamentísticos norcoreanos han deparado un endurecimiento de la retórica de Washington tras la llegada al poder en enero de Donald Trump, cuya Administración ha insinuado la posibilidad de realizar ataques preventivos si Pyongyang no abandona su programa nuclear y de misiles.
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