Rusia llevó a cabo una prueba de dos misiles balísticos lanzados desde un submarino, uno de los cuales no logró alcanzar el objetivo marcado y estalló.
Los dos proyectiles se dispararon desde el submarino Yury Dolgoruky, desplegado en el mar Blanco (en el extremo oeste de Rusia), según informó el lunes el periódico británico Daily Mail. Se suponía que tenían que alcanzar un objetivo situado a unos 5.600 kilómetros de distancia en la zona de pruebas de Kura,en la península de Kamchatka, en el este del país euroasiático.
La prueba de uno de ellos, de clase R-30 Bulava, resultó exitosa, ya que impactó en su objetivo sin problema alguno, pero el segundo, del mismo tipo, falló y se desvío de su trayectoria antes de estallar momentos después de su lanzamiento.
Aún se desconoce por qué falló el misil, pero expertos militares sostienen que los fracasos de este tipo de misil se deben a defectos de construcción. El portal ruso Gazeta afirma que el misil también podría haber sido ligeramente dañado en el momento del lanzamiento.
El test de misiles se llevó a cabo en septiembre del año pasado, aunque las imágenes salieron a la luz la semana pasada, tal como se había programado.
La industria militar de Rusia dedicó años para desarrollar este SLBM (siglas inglesas de misil balístico intercontinental para submarinos), en uno de los programas misilísticos más caros del país euroasiático. El cohete se desplegó por primera vez en 2013.
Diseñado para portar ojivas nucleares, el misil forma parte de la columna vertebral del mecanismo disuasorio de Rusia y es el arma principal de la nueva clase de submarinos estratégicos rusos del Proyecto 955 (Borei). Puede evitar ser derribado por escudos antiaéreos.
Sin embargo, el Bulava es notoriamente poco fiable: de cada 27 lanzamientos de prueba, nueve han fallado, lo que significa que hay alrededor de un 30 % de posibilidades de que los misiles exploten después del lanzamiento o pierdan su objetivo, según recogió Daily Mail.
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