La poca información que se tiene sobre el USS Seawolf lo convierte en el submarino más secreto de la Marina de Estados Unidos. David Axe, columnista de The National Interest, estima que el sumergible nuclear estaría haciendo exhibiciones de fuerza ante los rusos.
En algún momento, aparentemente en agosto de 2013, el submarino nuclear USS Seawolf abandonó el puerto de Bremerton, en la costa pacífica de EEUU. Un mes después se publicaron fotos en las que el embajador estadounidense en Noruega, Barry White, aparece recorriendo el interior del sumergible en la base naval de Haakonsvern, al sur de Noruega.
Según indica David Axe en su reciente artículo, cómo la nave, perteneciente a la flota del Pacífico, llegó a las costas de Noruega sin ser detectada deja muchas incógnitas. Según él, el USS Seawolf viajó por una trayectoria que le permitió permanecer lejos de cualquier otro barco, es decir, bajo el hielo ártico.
A los marines no les gusta hablar de sus submarinos. Después de todo, la mayor ventaja de un sumergible es su sigilo. De todos los buques submarinos de EEUU, el USS Seawolf y sus dos hermanos de la misma clase —el USS Connecticut y el USS Jimmy Carter— son los más secretos.
En comparación con los submarinos de otros tipos, Google revela muy pocos resultados cuando se intenta buscar información sobre estos tres. Incluso la página web de la Armada estadounidense dedicada al Seawolfpermanece bloqueada.
Lo que sí se sabe es que, en 2011, el USS Connecticut realizó —junto al USS New Hampshire de clase Virginia— un viaje desde Alaska por debajo de los témpanos de hielo en dirección al Polo Norte.
"Trabajamos junto a los equipos del Laboratorio Submarino Ártico de EEUU y el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Washington para probar nuevos equipos y entrenarnos para nuevas operaciones bajo el hielo en un entorno ártico", anunciaba entonces la Armada.
Los nuevos equipos eran "un sonar de alta frecuencia destinado a realizar operaciones seguras en el Ártico y el sistema de comunicaciones acústicas Raytheon Deep Siren".
Así, parece que la zona ártica es la nueva preocupación para la Armada de EEUU. Con la reducción del casco polar, consecuencia del calentamiento global, se han abierto nuevas rutas de navegación y las fuerzas de la región se muestran cada vez más activas.
"Tenemos intereses fundamentales —intereses de seguridad— en la región del Ártico", decía en 2009 Gary Roughead, entonces jefe de operaciones navales de EEUU.
El mismo año, un representante de la Flota del Pacífico ruso advertía de que "cualquier acción de submarinos extranjeros en las cercanías de las fronteras rusas exige naturalmente una mayor atención por parte de la flota [rusa]".
Gran parte del litoral ártico está en una zona económica exclusiva de Rusia, y los rusos también quieren saber qué hacen los sumergibles estadounidenses, concluye David Axe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario