La Armada Española culminó ayer con éxito en Puerto de Mogán la primera simulación de rescate de un submarino civil que realiza en España. En el ejercicio participaron casi medio centenar de efectivos del buque Relámpago, once buceadores del Mando Naval de Canarias, embarcaciones y personal de Cruz Roja y Salvamento Marítimo así como tres helicópteros del Escuadrón 802 del Ejército del Aire. La jornada se saldó con la evacuación a tierra de 35 pasajeros de la embarcación subacuática y el rescate aéreo de otros dos heridos. La iniciativa pretende mejorar la coordinación de las instituciones con competencia en seguridad marítima para afrontar futuros siniestros en la zona turística.
8.30 horas. Un tímido rayo de luz asoma por el Puerto de Mogán. Mientras la ciudad turística aún duerme, los pescadores de la cofradía faenan mar adentro. Aparentemente la jornada se presenta tranquila y despejada de visitantes tras el final de la temporada alta.
9.00 horas. El submarino amarillo de Mogán, emblema de la Pequeña Venecia, calienta motores para encomendarse al primer viaje del día. A bordo cuenta con 35 pasajeros europeos y una tripulación que en sus 20 años de trayectoria jamás ha sufrido ningún percance. La embarcación se aleja lentamente a 500 metros de la costa y se sumerge a 20 metros de profundidad. Las condiciones climatológicas, con escasa corriente marina, auguran un espectáculo visual por los recovecos menos conocidos del sur de la Isla.
9.30 horas. Las embarcación, que acompaña al submarino durante la travesía, detecta que la atracción turística se detiene de forma inesperada. El barco subacuático ha sufrido una avería en el sistema eléctrico central que deja totalmente parado el motor de arranque. El fallo técnico le impide acceder a la superficie para poner a salvo la vida de sus ocupantes. La señal de alarma llega de forma inmediata ala torre de control del puerto. Torre Mogán, como la llaman los expertos, procede a avisar sobre la incidencia al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad 1-1-2 del Gobierno de Canarias. El órgano autonómico deriva a su vez la alerta a Capitanía Marítima, que pide ayuda para el auxilio de los afectados finalmente a La Armada. La misión de reflotar el submarino a la superficie y evacuar a los pasajeros se convierte en un nuevo desafío para el buque Relámpago, que actúa habitualmente como plataforma de buceadores en el Archipiélago.
10.30 horas. Con Francisco García, comandante del barco, y Álvaro Calderón, comandante de la Unidad de Buceo de Canarias, al mando de la operación comienzan las maniobras de rescate. El buque se aproxima a toda velocidad a las aguas de Mogán desde la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria. A su llegada a las coordenadas indicadas por el resto de administraciones, la cuadrilla de buceadores se prepara para alcanzar en zódiac el siniestro y sumergirse al fondo del Océano. Los 45 efectivos de Relámpago evalúan la magnitud de la emergencia desde el puente de mandos. A priori la incidencia no presenta gran complejidad. La Armada cuenta con el refuerzo del buque polivalente Miguel de Cervantes de la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo (Sasemar) y otra embarcación de Cruz Roja para asumir con éxito semejante desafío. La profundidad en la que se localiza el siniestro tampoco supone un agravante en la operación. Sin embargo, los "imprevistos" que pueden surgir durante las maniobras obligan a diseñar un Plan B desde la cabina de control.
11.30 horas. Los buceadores se sumergen en el agua y colocan cuatro grandes globos en la estructura del submarino. Posteriormente les inyectan aire en el interior de forma paulatina, de forma que el submarino asciende hacia la superficie de forma controlada. Los 35 pasajeros no presentan lesiones físicas al salir de la nave, pero el pánico y la ansiedad se apoderó de los más débiles. Los 35 turistas llegan a tierra, donde les espera personal médico, por vía marítima. Sin embargo, dos de los buceadores sufren un ataque de presión al ascender bruscamente al nivel del mar. Ante ambas incidencias, el Ejército del Aire envía tres helicópteros a Puerto de Mogán.
12.30 horas. Zafarrancho de vuelo. El Super Puma del Escuadrón 802 de Gando evacua del submarino a uno de los buceadores y lo traslada a tierra, donde sus pulmones recibirán "oxígeno puro" en el interior de la denominada cámara hiperbárica. Sin embargo, su compañero ha corrido con menos suerte durante la misión y necesita ser atendido de inmediato en un centro hospitalario. La capitán Concepción Santarromana y su compañero Crespo trasladan en camilla al herido desde el buque Relámpago al hospital más cercano.
13.30 horas. Un público integrado por alumnos del Programa de Formación en Alternancia con el Empleo (PFAE), de la rama de socorrismo de Arucas y Guía, despiden con un baño de aplausos a bordo del buque de La Armada a los profesionales que han intervenido en la emergencia. El simulacro, bautizado como MARSEC-17, culmina con nota de sobresaliente en un escenario completamente nuevo para La Armada.
Hasta el momento La Marina solo había ensayado para estos supuestos en submarinos militares. La operación timoneada ayer en aguas moganeras por Relámpago demuestra una vez más que la seguridad en el sector turístico de Canarias está garantizada.
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