Son invisibles, poderosos, la fuerza más mortífera que existe. Surcan en secreto los mares y son capaces de llevar la destrucción y la muerte a cualquier rincón del planeta. Estos tiburones de acero operan en la penumbra. Maniobran bajo el 70% de la superficie terrestre en un juego mortal de sigilo, intriga y amenaza. Algunos llevan más potencia de fuego que si sumáramos todas las bombas que se arrojaron en la segunda guerra mundial. Son monstruos marinos que parecen tan pacíficos como los peces globos, pero que cuando son despertados pueden arrojar la carga más letal del mundo desde más de 30 metros desde la superficie.
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