Celebramos este año el centenario “del arma submarina” y con tal motivo el Ministerio de Defensa ha promovido un ciclo de conferencias apasionante donde los haya, sobre la vida y milagros de la susodicha arma submarina.
Dentro de este ciclo ha tenido lugar la conferencia “Construcción de submarinos”, así a secas, que sin duda ha concitado el interés de toda Cartagena, donde se realizó esta y, de paso, donde están intentando subsanar los defectos de sobrepeso y mal diseño de los submarinos españoles S-80.
La conferencia la impartió el Capitán de Corbeta Torrijos Colado, a la sazón la persona que el Ministerio de Defensa ha destacado en el “grupo de trabajo” que debe revisar el rediseño de los submarinos mal planificados.
Si contamos tanto prolegómeno es porque, siendo Torrijos un experto cualificado, al parecer, para supervisar que los nuevos submarinos consigan flotar y sumergirse sin incidentes, su opinión respecto al proceso de fabricación de los S-80 por Navantia debe ser, al menos, digna de consideración y una verdadera voz autorizada.
Pues bien, cuando a Torrijos le preguntan los reporteros de Infodefensa en entrevista concedida con motivo de esa conferencia, nos dice, nada menos, que fue una verdadera suerte que los problemas del S-80 se detectaran “antes” de botarlo y no después, lo cual nos ha dejado algo perplejos.
Dice Torrijos en concreto
“Sí, efectivamente. Lo que ha ocurrido lo considero una fortuna, en el sentido de que el astillero se haya dado cuenta de este problema de pesos antes de sacar el barco al agua.”
El grado de chapuza que se vislumbra es asombroso. ¿De modo que cabía la posibilidad de que los que diseñaron y construyeron el prototipo se hubieran dado cuenta de sus fallos “después” de botarlo?, ¿quizás poniendo en juego la vida de los marineros?, ¿tal vez cuando comprobaran que no emergía del fondo del mar?… ¿Cabe tal grado de chapuza?
Invoca Torrijos a la diosa Fortuna, que otorga deseos y los deniega a capricho, como responsable de que se descubriera a tiempo el desaguisado. Estamos bien, si es cuestión sólo de suerte. ¿Qué tipo de industria es esa que se encomienda a la suerte y no a la pericia?
Pero Torrijos, que lleva 9 meses supervisando a los chapuceros, nos dice más cosas, cosas más graves, como que
creo que, por lo que se ve y lo que leo y comparando las cosas que están pasando, es un problema claro de gestión. Un problema de gestión en los diferentes procesos, tanto de diseño, como de producción, como de compras
y resulta que los fallos de Navantia han supuesto nada menos que un considerable incremento del gasto público comprometido para corregir el desaguisado y tener que acudir a General Dynamics para que rediseñe y propoinga las correcciones precisas, lo que a su vez supone más gasto todavía y una terrible propaganda para Navantia.
Torrijos sigue explicando que Navantia, la gran chapucera, debe cambiar su estilo y que
el mayor esfuerzo que tiene Navantia ahora, tras haber establecido esos procesos nuevos de ingeniería de sistemas y de calidad, es aplicar gestiones de calidad y hacer auditorías y marcas de inspección.
Pues ya lo ven. Navantia se lanza a fabricar un submarino que no se necesita y que cuesta un ojo de la cara con la excusa de nuestros políticos de pacotilla de que esto será muy bueno, porque como van a hacer una nave del copón, la podrán vender a diestro y siniestro. Y resulta que la hacen mal, tan mal que nos la tienen que rediseñar otros que se supone que lo harán mejor. Y según nos dice quien han puesto a controlar, resulta que informa que el proceso de fabricación de Navantia es un descontrol y se necesitan procesos de inspección y otros controles. Con esta fama, no parece probable que Navantia encuentre otros muchos clientes, fuera del Ministerio de Defensa Español que se traga el sapo disimuladamente por si evita que alguien le pida algún tipo de responsabilidades en todo este desastre. Y para másinri, todo esto nos va a costar un dineral que no tenemos ni necesitamos invertir en estos cachivaches. Y, para rematar la faena, en todo este cúmulo de despropósitos no aparece ni un solo responsable, ni de Navantia ni del Ministerio, y da la impresión de que todos se encomiendan a su buena suerte sin que la sociedad diga ni pío.
Aterrador.
Fuente Infodefensa.
http://www.utopiacontagiosa.org/2015/03/22/los-submarinos-s80-y-la-fortuna/
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