En los próximos dos años, la industria militar rusa desarrollará para la Fuerza Naval robots submarinos no tripulados (gliders, en inglés) que contarán con una autonomía de hasta 90 días y serán capaces de realizar misiones de inteligencia, al igual que sus “primos” con alas, revela hoy Izvestia.
“Dado que los principales fabricantes del mundo realizan labores de investigación y diseño de ‘gliders’ de doble uso desde hace más de 10 años, conviene comenzar estas labores también en Rusia”, según documentos sobre el desarrollo de la Armada rusa a los que tuvo acceso el diario.
Los futuros planeadores submarinos tendrán un aspecto similar al de un torpedo y no necesitarán hélice para desplazarse. La cámara hermética de su interior constará de dos compartimentos, uno de los cuales se rellenará de aire y el otro de un líquido que se bombeará para comprimir el aire.
El robot se sumerge o sale a la superficie al comprimir o aumentar el volumen del aire, respectivamente, y sus desplazamientos se dirigen con ayuda de las aletas o el lastre de su interior.
El vehículo podrá desarrollar velocidades de hasta 2.000 metros por hora y el ahorro energético le brindará tres meses de autonomía a profundidades de hasta 300 metros. Incorporará un dispositivo de navegación por satélite del sistema ruso GLONASS y admitirá a bordo hasta siete kilogramos de equipos para la recopilación de información.
El rotativo precisa que el objetivo de los nuevos robots submarinos será el registro de datos oceanográficos “en lugares donde el uso de otros medios de la Armada para los mismo propósitos sea inviable o imposible, en primer término en el Ártico ruso”.
Para financiar el proyecto se asignarán 161,7 millones de rublos (unos 4,8 millones de dólares), indica Izvestia, al agregar que el precio de cada ‘glider’ rondará los 100.000 dólares.
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