El Tireless se jubila. El sumarino nuclear más antiguo de la Royal Navy, cuyo nombre se traduce al español como incansable, ya no puede más y se retira de la actividad después de 30 años. Atrás deja una extensísima hoja de servicios -la última, la búsqueda del desaparecido vuelo MH 370 de Malasia- y un capítulo negro en la historia del Campo de Gibraltar de imborrable recuerdo. Su estancia en la base naval del Peñón durante 353 días (entre el 19 de mayo de 2000 y el 7 del mismo mes del año siguiente) por una avería en el circuito primario de refrigeración de su reactor, provocó un movimiento popular de rechazo en la comarca como nunca se ha conocido.
El HMS Tireless (S88), de la clase Trafalgar, fue botado en marzo de 1984 y asignado en octubre del año siguiente. En 2000, el 12 de mayo, estaba en Sicilia cuando se le detectó una grieta en el reactor nuclear Rolls-Royce por la que perdía refrigerante. Italia y Malta rechazaron el permiso para su reparación y acabó en Gibraltar. A la vez que crecía la piscosis entre la población, comenzó entonces un año de protestas, cada vez más numerosas, mientras el Gobierno popular de José María Aznar se debatía entre el rechazo popular y la disputa diplomática -para muchos poco contudente- con el Gobierno (amigo) de Tony Blair.
El caso es que el 12 de julio se reúnen de forma simultánea en el Peñón y La Línea 3.000 personas para pedir que el submarino se marchara. Hay días más tarde una nueva manifestación en la Roca y se crea en septiembre la Plataforma Ciudadana Antisubmarino. El día 14 en La Línea participan 8.000 personas en otra protesta con seis alcaldes de la comarca y el entonces Defensor del Pueblo, José Chamizo. Los ediles viajan a Madrid y se manifiestan a las puertas del Ministerio de Exteriores mientras dentro se reúnen Aznar y Blair. Técnicos españoles entran en el submarino para inspeccionarlo -los militares les impidieron ver el reactor- días después de una protesta en Los Barrios que concentra a 3.000 vecinos. En La Línea, el día 17 de noviembre, varios integrantes de la plataforma se encierran en el Ayuntamiento durante 24 horas. A la semana siguiente 10.000 personas se manifiestan por la calles de ese mismo municipio. El 16 de enero de 2001, activistas de Greenpeace acceden a la cubierta del submarino e izan la bandera antinuclear. Diez de ellos son detenidos por la Policía del Peñón y quedan en libertad 24 horas después tras el pago de una multa de 900.000 euros. La disputa política enfrenta al PP y al PSOE y Patricio González, alcalde de Algeciras, denuncia a Peter Caruana, ministro principal del Peñón. El 20 de enero, en Algeciras, se concentran nada menos que sesenta mil personas para exigir la marcha del sumergible. Al frente, el entonces presidente de la Junta, Manuel Chaves. Empieza la reparación. En las semanas siguientes no cesan las protestas. El alcalde algecireño y miembros de la plataforma se encierran en el Ayuntamiento y en esa localidad nueve personas inician una huelga de hambre. Se multiplican las querellas, incluso contra el presidente del Gobierno. En febrero tres marineros resultan heridos en la cubierta por una chapa levantada por el viento. A mediados de abril termina el arreglo. El primero de mayo se arranca el reactor a modo de prueba. Y el día 7 el submarino se marcha... para volver muchas veces más. Nunca, eso sí, armando tanto revuelo.
El Tireless protagonizó dos graves incidentes desde entonces. En 2007 registró una fuerte explosión que acabó con la vida de dos de sus tripulantes durante un ejercicio en el Ártico. En febrero de 2013 un problema en su sistema de reactores provocó una fuga radiactiva mientras participaba en ejercicios de entrenamiento de nuevos oficiales de la Armada británica frente a la costa escocesa.
Antes de todo eso, el 27 de febrero de 2006, después de muchas negociaciones y contactos diplomáticos del gobierno socialista español, el entonces ministro británico de Exteriores, Jack Straw, envía una carta al jefe de la diplomacia española, Miguel Ángel Moratinos, en la que se comprometía a que el caso del Tireless no volvería a repetirse. Muchos submarinos nucleares, entre ellos el propioTireless, han visitado Gibraltar desde entonces. Sin ir más lejos, el incansable estuvo en la Roca el pasado mes de mayo. Nadie podía imaginarse que sería la última vez. Ahora se encuentra en su base de Devonport en Plymouth, donde en próximas fechas será desguazado. Como suele decirse: tanta paz lleva como descanso deja.
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