El portaaviones Príncipe de Asturias de la Armada española ya espera en Ferrol que se proceda a la subasta pública que previsiblemente dará lugar a su desguace tras 25 años de historia. Su retiro prematuro está motivado por los recortes que impiden ponerlo a punto. Le sustituye el Juan Carlos I, 10.000 toneladas mayor, pero con menor capacidad para combustible y armamento de aviación. El buque Cantabria ha llegado esta semana a Melbourne (Australia) para el adiestramiento y despliegue conjunto de ambos países, pero es Australia la que corre con los gastos del buque. Está próxima primavera tendrán lugar las pruebas del S80, el primer submarino de tecnología cien por cien española, por el que están interesados varios países, entre ellos Australia.
La crisis económica está obligando a la Armada española a renovarse y buscar nuevas vías para su preparación y mantenimiento. Incluso de los contratos de buques y submarinos para otros países, especialmente Australia, depende que se mantenga la actividad y el empleo en los astilleros españoles. En el puerto de Melbourne se encuentra el buque Cantabria y en esta ciudad ha tenido lugar la ceremonia del bautizo del buque Canberra, construido por Navantia para la Marina Australiana.
De las buenas relaciones con este país de gran crecimiento económico e interés logístico se confía para que los astilleros de Navantia en Cartagena puedan hacerse con el contrato para renovar la flotilla de submarinos de la Armada australiana, que podría comprar hasta 12 submarinos S80, considerado el submarino no nuclear más avanzado del mundo, desarrollado con tecnología española. Lograr este contrato es una de las mayores esperanzas para el sector naval militar español. Supondría un negocio de 28.000 millones de euros y un impacto económico sin igual para los astilleros de Cartagena.
El S80 es el primer sumergible convencional que construye Navantia en las factorías del Ejército con un presupuesto de 2.135 millones de euros. La primera nave de las cuatro encargadas por la Armada española para sustituir su flota de sumergibles de la serie S70, se pondrá a flote esta primavera y se espera que esté operativa en 2016 y las otras tres, según el contrato, hasta 2020. Estas naves sustituirán a los tres sumergibles con que hoy cuenta la Armada española, el Galerna S71, el Mistral S73 y el Tramontana s74.
Con el submarino S80 España entra en el selecto club de constructores de este tipo de naves en el que compiten con alemanes, franceses e ingleses. Los responsables de Navantia, empresa constructora y dueña de la patente, se sienten muy orgullosos y esperanzados con este nuevo sumergible que definen como innovador, tecnológicamente muy complejo y con grandes prestaciones. Su cualidad más importante es que puede estar hasta 15 días bajo el agua sin necesidad de salir a la superficie gracias a su sistema de propulsión AIP de bioetanol. Además incorpora un sistema para disparar misiles por tierra mar y aire desde la profundidad.
El S80 pertenece a una generación de submarinos de tonelaje medio capacitados para realizar misiones de larga duración fuera de la base. La movilidad y la autonomía logística son también virtudes destacables en esta nave que ha generados numerosas expectativas para futuros contratos.
Además de Australia, India y Noruega se han interesado por este submarino para renovar su flota, si bien la competencia es muy dura sobre todo con Alemania, Francia y Japón.
La presencia del buque Cantabria en Australia, al que esta semana visitó el ministro de Defensa Pedro Morenés, son pruebas de las buenas relaciones con el Gobierno australiano, que es uno de los principales compradores de buques españoles. Si esta semana tenía lugar el bautismo del Canberra, construido por Navantia, con las mismas características que el Juan Carlos I, el Gobierno australiano también está interesado en incorporar a su marina dos buques de similares características al Buque de Aprovisionamiento de Combate Cantabria.
La crisis económica está obligando a la Armada española a renovarse y buscar nuevas vías para su preparación y mantenimiento. Incluso de los contratos de buques y submarinos para otros países, especialmente Australia, depende que se mantenga la actividad y el empleo en los astilleros españoles. En el puerto de Melbourne se encuentra el buque Cantabria y en esta ciudad ha tenido lugar la ceremonia del bautizo del buque Canberra, construido por Navantia para la Marina Australiana.
De las buenas relaciones con este país de gran crecimiento económico e interés logístico se confía para que los astilleros de Navantia en Cartagena puedan hacerse con el contrato para renovar la flotilla de submarinos de la Armada australiana, que podría comprar hasta 12 submarinos S80, considerado el submarino no nuclear más avanzado del mundo, desarrollado con tecnología española. Lograr este contrato es una de las mayores esperanzas para el sector naval militar español. Supondría un negocio de 28.000 millones de euros y un impacto económico sin igual para los astilleros de Cartagena.
El S80 es el primer sumergible convencional que construye Navantia en las factorías del Ejército con un presupuesto de 2.135 millones de euros. La primera nave de las cuatro encargadas por la Armada española para sustituir su flota de sumergibles de la serie S70, se pondrá a flote esta primavera y se espera que esté operativa en 2016 y las otras tres, según el contrato, hasta 2020. Estas naves sustituirán a los tres sumergibles con que hoy cuenta la Armada española, el Galerna S71, el Mistral S73 y el Tramontana s74.
Con el submarino S80 España entra en el selecto club de constructores de este tipo de naves en el que compiten con alemanes, franceses e ingleses. Los responsables de Navantia, empresa constructora y dueña de la patente, se sienten muy orgullosos y esperanzados con este nuevo sumergible que definen como innovador, tecnológicamente muy complejo y con grandes prestaciones. Su cualidad más importante es que puede estar hasta 15 días bajo el agua sin necesidad de salir a la superficie gracias a su sistema de propulsión AIP de bioetanol. Además incorpora un sistema para disparar misiles por tierra mar y aire desde la profundidad.
El S80 pertenece a una generación de submarinos de tonelaje medio capacitados para realizar misiones de larga duración fuera de la base. La movilidad y la autonomía logística son también virtudes destacables en esta nave que ha generados numerosas expectativas para futuros contratos.
Además de Australia, India y Noruega se han interesado por este submarino para renovar su flota, si bien la competencia es muy dura sobre todo con Alemania, Francia y Japón.
La presencia del buque Cantabria en Australia, al que esta semana visitó el ministro de Defensa Pedro Morenés, son pruebas de las buenas relaciones con el Gobierno australiano, que es uno de los principales compradores de buques españoles. Si esta semana tenía lugar el bautismo del Canberra, construido por Navantia, con las mismas características que el Juan Carlos I, el Gobierno australiano también está interesado en incorporar a su marina dos buques de similares características al Buque de Aprovisionamiento de Combate Cantabria.
J. M. C. VALENCIA