La factoría de Navantia en Cartagena era ayer un desierto después de que la empresa decidiera interrumpir toda la actividad como señal de luto por la muerte de José María Ruiz Gómez, el empleado de la industria auxiliar TSI Levante que falleció el miércoles en un accidente laboral al caerle encima una viga en la nave donde se construyen los nuevos submarinos S-80 para la Armada española. Los trabajos se suspendieron tanto en el astillero como en el carenero y en la fábrica de Motores.
No obstante, los agentes de la Guardia Civil que llevan a cabo la investigación sobre las causas del accidente no dejan pasar el tiempo y, ayer mismo, tomaron declaración a los trabajadores que presenciaron la trágica muerte de su compañero.
También el personal de la Inspección Provincial interrogó a los trabajadores sobre lo ocurrido. Además, la nave donde se fabrican los nuevos sumergibles fue precintada por la Guardia Civil, con el fin de que nadie accediera a ella mientras se desarrollaban las investigaciones iniciales. No obstante, se prevé que los trabajos en las gradas del submarino se puedan retornar con normalidad. De hecho, los trabajadores que están en el turno de noche tenían previsto reincorporarse esta madrugada a sus puestos y se confiaba en que para ese momento, los agentes de la Guardia Civil hubieran levantado el precinto para que los empleados pudieran acceder a la nave.
Lo que probablemente siga acordonado por más tiempo es el pasillo situado en la entrada de la nave donde se produjo el accidente, una zona de paso, algo apartada de las gradas que sostienen las secciones de los submarinos, en la que se estaba cargando el material que se desprendió y provocó la muerte del operario, de 44 años, casado y con tres hijos. Navantia colabora con las autoridades judiciales y laborales y ha abierto su propia investigación interna sobre el accidente.
Laopiniondemurcia.es
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