23 diciembre 2016
17 diciembre 2016
Corea del Sur inicia la construcción de otro submarino de 3.000 T con tecnología local
Seúl, 14 de diciembre (Yonhap) -- Corea del Sur ha iniciado este miércoles un proyecto para construir un submarino de 3.000 toneladas equipado con misiles balísticos, como parte de sus esfuerzos para construir nueve unidades con tecnología local, dijo la Administración del Programa de Adquisiciones de Defensa (DAPA, según sus siglas en inglés).
El submarino será el tercer buque del lote 1 de Chang Bogo-III. El país tiene como fin construir un total de nueve submarinos en tres etapas con tecnología autóctona.
La DAPA dijo que mantuvo una reunión con el astillero Hyundai Heavy & Industries Co. para discutir los detalles sobre la construcción del submarino.
Está previsto que la construcción del nuevo buque, valorado en 630.000 millones de wones (540,3 millones de dólares), tarde 85 meses.
El lote 1 de buques, además de tener torpedos regulares para atacar barcos y otros submarinos, tendrá seis tubos de lanzamiento de misiles verticales que podrían albergar los misiles balísticos Hyunmoo-2 de corto alcance, con una autonomía de más de 500 kilómetros.
Daewoo Shipbuilding and Marine Engineering Co., el astillero número tres del mundo, ha construido el primer y segundo submarino de los modelos del lote 1.
El Ejército surcoreano planea desplegar los nuevos submarinos a partir de 2020, los cuales reemplazarán su envejecida flota de submarinos de 1.200 toneladas que han estado en servicio desde 1992.
La DAPA dijo que el proyecto ayudará a la Armada surcoreana a fortalecer su capacidad marítima contra las crecientes amenazas de Corea del Norte.
(FIN)
Cuando para mandar una postal de Mahón a Barcelona se utilizaba un submarino
Jaime Noguera
Estamos en el año 1938. Todo Baleares está en manos de los franquistas… ¿Todo? ¡No! Una isla poblada por irreductibles menorquines y menorquinas resiste todavía y siempre al invasor. La isla está sitiada por tierra, mar y aire, con una guarnición militar cada día más desmoralizada por un bloqueo que les tiene sin alimentos ni correos.
En mitad de la guerra civil, con una nación dividida y una peseta devaluada, la República Española buscó nuevas formas de ingresar divisas para comprar material de guerra y suministros para la población. La moral de los combatientes también estaba en crisis, por lo que hacía falta reforzar las acciones propagandísticas. Con la idea de conseguir algo de todo esto, los republicanos pusieron en marcha una acción sin precedentes: el primer correo submarino del mundo, entre Barcelona y la (nunca mejor dicho) aislada Menorca.
A Menorca, en 1938, las pocas noticias que llegaban lo hacían a través de emisiones de la BBC británica. La flota del bando rebelde, los letales submarinos alemanesy la aviación italiana que operaba desde las bases de Son San Juan, Son Bonet y Alcúdia, tenían sitiada a la isla.
Según comenta el blog Diario de Naútica, desde hacía tiempo se venían usando submarinos para distribuir correos a los buques en alta mar, así que no resulta extraño el director de agencia filatélica oficial de la República, Arturo Fernández Noguera, propusiese oficialmente que la correspondencia entre Barcelona y Mahón fuese transportada por buques sumergibles, así como que se emitiese una serie de sellos para este nuevo tipo de correo.
La guerra de los sellos
¿Y lo de los sellos, para qué, os preguntaréis con razón? Pues bien, la guerra civil española se combatió también en el frente filatélico. Los franquistas aprovechaban cualquier victoria para imprimir ediciones de estos que quedaban agotadas en pocas semanas al ser muy populares entre los coleccionistas. Con ello, recaudaban suculentas divisas que servían para patrocinar la “cruzada contra el comunismo” del Caudillo en ciernes.
Como recuerda Foro Naval, el gobierno republicano había recibido asesoramiento de expertos filatélicos de los EEUU para crear una agencia estatal de correos que perseguía los mismos objetivos que las exitosas estampillas de Franco. A faltas de victorias de peso que plasmar en los sellos, romper el bloqueo faccioso a la isla de Mahón (al mismo tiempo que se creaba una nueva modalidad de correo a nivel mundial) se asumía como factible y se esperaba que convirtiese la hazaña en un hit parade filatélico republicano.
Destino: Mahón
Se eligió para llevar a cabo la misión al submarino C-4, un buque de fabricación española botado en 1929 que llegaba desde Burdeos, vía Cartagena, tras la deserción al lado golpista de su último comandante Jesús Lasheras.
El nuevo capitán era un ruso, Germán Yulevich Kuzmin, que operaba bajo el nombre español de “Víctor Nicolás” (o “Carlos Murato”, según las fuentes) en el marco del plan soviético de ayuda a la República Española: la Operación X. Había estado al mando del C-1, otro submarino del mismo modelo, por lo que tenía la suficiente experiencia para llevar a cabo la misión.
Irónicamente, para cubrir el viaje inaugural del servicio de correo submarino republicano, le acompañaría un corresponsal estadounidense; Werner Kell, del Saturday Evening Post.
Dado que el submarino adquiría la condición de estafeta, se designó un ambulante de correos para hacerse cargo dela administración de esta. El funcionario se llamaba Tomás Orós Gimeno. Era aragonés, masón y miembro de UGT y seguramente no se había imaginado que debería desempeñar su labor en el interior de cigarro de acero bajo las aguas del Mediterráneo.
Para la entrada en el mercado filatélico de los sellos del inédito transporte subacuático de la República Española realizaron, según Foro Naval , mil cartas ficticias con domicilio inexistente que viajarían desde la capital catalana a Menorca junto con otras cuarenta que sí eran reales.
El empleado de correos tomó algunas notas sobre la travesía.
“el buque salió del puerto a las 8 horas de la tarde del 12 de agosto, sin que hubiera contratiempo alguno durante el viaje de ida, que se hizo sin que el submarino se sumergiera. A la llegada a la isla, el Comandante Militar de la Plaza nos dio los documentos acreditativos del viaje”.
En efecto, querido lector: el primer correo submarino había hecho su viaje inaugural en superficie, llegando sin incidencias a Menorca el día siguiente de su partida tras doce unas doce horas de singladura. Eso, gracias a la inexistencia en aquel entonces de radares o sonares que le pudiesen detectar en la oscuridad al navío.
Éxito recaudatorio
Según nuestras fuentes, la primera emisión sellos de la serie Correo Submarino, que tenía un valor facial de 750.000 pesetas, recaudó gracias a la especulación en los mercados filatélicos más de 20.000.000,00 de pesetas. Un pastizal para 1938.
El C4 volvió a su base de Barcelona el 18 de agosto, esta vez con grandes periodos de navegación submarina para evitar las patrullas del bando golpista y a los aviones italianos de reconocimiento que operaban desde Mallorca. No volvió a operar trasportando correo.
¿Y qué pasó entonces?
En noviembre de 1938 se procedió a la inutilización de las planchas de imprenta originales de los sellos. Hoy en día, una serie de seis de ellos (40 pesetas republicanas) se valora por encima de los 800 euros.
Tomás Orós Gimeno falleció súbitamente en una calle de Zaragoza a mediados del mes de marzo de 1968. Había sido maltratado y vejado tras volver a España desde el exilio en 1941, por lo que pasó su últimos veinte años de vida entre hospitales y sanatorios.
Los restos del capitán Germán Yulevich Kuzmin descansan en el fondo del Mar Negro, donde se hundió en 1942 tras impactar su submarino Щ-212 contra una mina enemiga.
El C-4 pasó a formar parte de la Marina Española de postguerra. En 1946, se hundió con sus cuarenta tripulantes tras ser embestido por accidente por el destructor Lepanto durante el transcurso de unas maniobras.
En Menorca ondeó la bandera de la España republicana hasta el 10 de febrero de 1939, cuando la isla terminó por caer en manos de los sublevados.
Con información de Fundación Pablo Iglesias, Diario de Naútica, Submarines on Stamps , Cuarto Poder y Foro Naval . Foto de cierre de David Seymour “Chim”. Agradecimientos a David Flores, por ayudarme a ponerle rostro a “G.I” Kuzmin.
Jaime Noguera es autor de la novela de terror carpetovetónico ‘España: Guerra Zombi‘.
Comandos Anfibios argentinos realizaron adiestramiento de escape desde submarino.
Entre las principales actividades, efectuaron prácticas de manejo y pasaje de rompiente con botes, buceo diurno y nocturno y escape de un submarino.
La Agrupación Comandos Anfibios (APCA) desarrolló en Mar del Plata una campaña en técnicas anfibias y buceo, con el fin de alcanzar los niveles de adiestramiento estipulados para el presente año por esta unidad.
Este adiestramiento, que se prolongó desde el 21 de noviembre hasta el pasado sábado, inició en la Escuela de Submarinos y Buceo (ESSB) donde se realizaron los trabajos de acuatización, que consistieron en ejecutar tareas en apnea estática y dinámica, escape de garita y achique de luneta, entre otras.
Habiendo acuatizado previamente, se iniciaron las prácticas de manejo y pasaje de rompiente con botes neumáticos a remo y a motor. Asimismo se realizó buceo diurno y nocturno utilizando planchetas de navegación, que inició por parejas hasta llegar a realizarlo a nivel sección.
Durante la campaña y con el submarino ARA “San Juan”, se efectuó el repaso en lo referente al conocimiento de la unidad y sus capacidades para la proyección de Comandos Anfibios, ya sea por botes neumáticos como así también por escape de buzos desde la garita.
Finalmente el personal de la Agrupación junto con el submarino ARA “San Juan” y con el apoyo de la lancha patrullera ARA “Punta Mogotes”, efectuó el escape del submarino a baja velocidad, en plano de periscopio diurno con equipo de circuito abierto en la zona general Mar del Plata.
“Esta maniobra permitió no sólo mantener los niveles de adiestramiento en la técnica correspondiente a ambas unidades, sino que también posibilitó consolidar los procedimientos para dicha actividad y, lo más importante, es que el personal adquiriera confianza y experiencia en este particular adiestramiento”, explicó el Capitán de Corbeta Diego Flores, Comandante del APCA.
Asimismo, aseguró que este adiestramiento pudo llevarse a cabo gracias al apoyo brindado por la Base Naval Mar del Plata (BNMP), la Agrupación Buzos Tácticos (APBT), la Escuela de Submarinos y Buceo (ESSB), el submarino ARA “San Juan” –dependiente del Comando de la Fuerza de Submarinos (COFS)– y al Área Naval Atlántica (ANAT).
Fuente: Gaceta Marinera.
El secreto del submarino C3: así fue el primer ataque nazi en la Guerra Civil
Una diminuta gota que emerge a la superficie solo si el mar está tranquilo y liso como en una bañera. Ante el más mínimo viento o marea, no se observa. Era una gota minúscula que desprendía un fuerte olor a gasoil, como de taller de reparación de vehículos, y surgía de la profundidad del Mediterráneo sureño. Aquella tarde de septiembre de 1997, Antonio Checa pescaba frente a las costas de El Palo, el popular barrio marinero de Málaga. Nada hacía presagiar que en ese momento Checa había empezado a descubrir una parte oculta de la Guerra Civil… sumergida a 68 metros.
La gota, transformada en burbuja y que se expandía sobre la lámina de agua del Mediterráneo, pertenecía al submarino C3, olvidado en un desván de la memoria colectiva. El 12 de diciembre de 1936, un sumergible fiel al Gobierno de la II República se hundió a 3,8 millas de la costa. Lo torpedeó el submarino alemán U34. Este lunes, se cumplen 80 años de aquella tragedia que acabó con la vida de 34 marineros. Solo tres hombres sobrevivieron.
José María Onieva y Andrés Félez Romero fueron testigos de la tragedia. Onieva vio la columna de humo desde su casa, ubicada en el exclusivo barrio de El Limonar, en el este de Málaga, lleno de villas residenciales de la pudiente burguesía; como en la que vivía su familia y ahora se encuentra cerrada y en venta. En la otra punta de la ciudad, en la zona de la antigua Azucarera, Félez Romero vio y oyó la explosión del C3.
El diario ‘ABC’ (diario republicano de izquierdas) del 13 de diciembre de 1936publica en la página 5 el ataque al C3 tras recibir a las 22:00 del día del ataque una nota del Ministerio de la Marina y Aire. “Esta tarde, a las dos y media, a la altura de Málaga”, narra el diario, “fue torpedeado por un submarino evidentemente extranjero el submarino C3, afecto a la flota republicana. El C3 se hundió”.
El buque tenía un motor averiado, su navegación era lenta, “por lo que su capacidad de inmersión en caso de peligro era muy escasa”, menciona Checa en el número 33 (abril-junio de 2016) de ‘Cuadernos del rebalaje’, editado por la asociación cultural Amigos de la Barca de Jábega. ¿Qué hacía en la ciudad andaluza? ¿Cuál era su misión? Ejercer de patrulla frente a Málaga “para evitar un bombardeo similar al realizado por buques nacionales en el puerto de Almería el 8 de noviembre y que supuso la voladura de sus depósitos de combustible”, cuenta el almirante José María Treviño en ‘El hundimiento del submarino republicano C3’.
‘Operación Úrsula’, el documental de Hergueta
José Antonio Hergueta dirigió en 2006 el documental ‘Operación Úrsula. El misterio del submarino C3’. Recopiló más testimonios sobre la explosión. El de Julián Almoguera, que en la cercana playa de Pedregalejo vio el humo negro que salía del mar. Rafael Heredia, pescador de El Palo que, siendo apenas un chaval, estaba faenando en aquel momento. “El agua parecía un volcán, ¡aquello pegó un berrido!”, cuenta Heredia. Un último testimonio lo aporta Cristóbal Criado, entonces miembro de las Juventudes Socialistas, que aún recuerda los acontecimientos de una ciudad convulsa.
El Gobierno de la República esconde el hecho. No era para estar orgullosos. “En pocos meses, pierden toda la flota y lo prefieren disimular. Lo que es increíble es que la explosión la vio todo el mundo y hubo una especie de borrado y miedo”, señala Hergueta. “Cuando entré en la historia, me encontré con secretos, tabúes, autocensura y el miedo a aceptar la realidad; una cierta resistencia con la memoria histórica”, añade el cineasta en declaraciones a El Confidencial.
Hay testigos, pero ni una sola imagen de la explosión. Los tres supervivientes (Arsenio Lidón e Isidoro de la Orden, marineros que estaban en vela, y el capitán que estaba de guardia, Agustín García Viñas) estuvieron horas a la deriva. Un pesquero los recogió y los trasladaron al buque 'Artabro', amarrado en el puerto de Málaga. Fueron interrogados por el jefe de la flotilla de submarinos, Remigio Verdía, quien intenta que declaren que el C3 había explotado “por un fallo interno, al fumar en las baterías, por ejemplo”, relata Treviño. Los tres se niegan.
Tráiler del documental 'Operación Úrsula' dirigido por José Antonio Hergueta
Este fue el informe de Verdía: "Considero debe descartarse por completo la idea de que el buque fuera torpedeado por las siguientes razones: 1º No se observó la columna de agua de 60 u 80 metros como la que produce un torpedo. 2º No se puede demostrar que la explosión fuera grande porque, entonces, todos los testigos de dentro y de fuera del submarino la hubieran claramente percibido. 3º Ninguno de los que estaban en el puente vieron estela ni periscopio. 4º Ninguno de los pescadores de las proximidades los vieron tampoco. 5º Sobre las cabezas de los náufragos no cayeron restos de la explosión".
Sin reflotación
Pese a los testimonios que observaron cómo se hundía el C3, se perdió toda la consciencia del submarino. “Era tal el pavor y la ‘omertà’, que nadie se atrevía a preguntar qué había pasado”, explica Checa, tras recordar cómo la familia López Morales, hijos de un pescador de arrastre, llamaba a esa zona ‘El submarino’. La historia oficial indicaba que el buque había sobrevivido al ataque alemán y que fue reflotado. El 'nuevo' submarino se denominó 'General Sanjurjo'.
Diecinueve años después de su descubrimiento por Antonio Checa, no hay noticias del C3. Enrique Linde, expresidente de la Autoridad Portuaria de Málaga, y María Teresa Fernández de la Vega, exvicepresidenta del Gobierno, fueron “los únicos políticos que han removido obstáculos a favor del proyecto de rescate, incluso ya estaba previsto un sitio para ubicarlo: junto al muelle Heredia del puerto malagueño" y que sirviera “como símbolo de la historia militar española”, expresa Checa, abogado de profesión, desde su despacho profesional, en la entrevista con El Confidencial. El 6 de febrero de 2003, el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, recordó el homenaje póstumo del grupo aeronaval de la flota, del 18 de noviembre de 1998, para justificar que no reflotaría el submarino.
Tras 80 años en el fondo, se necesitaría que perdiera la carga de electrones porque si se dejara tal cual, se podría deshacer como un terrón de azúcar
Considera Hergueta que la polarización "reflotamiento sí o no" perjudicó al proyecto. "Se puso en contra el Alto Estado Mayor de la Armada, que nunca estuvo cómodo con este asunto”. “Era un episodio que consideraban deshonroso. Veíamos importante que se hiciera para antes de que se murieran los hijos de la tripulación. Sabíamos que el documental restañaría heridas”, cuenta el director de cine a este diario.
El problema de las competencias tampoco ayudó. El submarino se encuentra en aguas litorales, dependientes de la Junta de Andalucía. La propiedad del pecio es del Estado. La reflotación del C3 del fondo del mar costaría 400.000 euros. Harían falta otros 180.000 euros para un tratamiento de electroquímica. “Tras 80 años en el fondo del mar, se necesitaría que el submarino perdiera la carga de electrones que tiene ahora, porque si se dejara tal cual, se podría deshacer como un terrón de azúcar”, precisa el descubridor, que en 2012 fue campeón de España de pesca deportiva. Javier Noriega, historiador y arqueólogo de la empresa Nerea Arqueología Subacuática, se refirió al submarino en ‘Espejo de navegantes', su blog de arqueología naval, como “patrimonio arqueológico subacuático y militar”, además de "tumba de guerra”.
La Asociación de Familiares de las Víctimas del C3, con sede en Cartagena, de donde procedía el 90% de los fallecidos en el ataque del submarino alemán, se creó en 2002 con la intención de recuperar los cuerpos, darles sepultura y reflotar el pecio. Los familiares de los marineros quieren recuperar los restos, porque durante toda la Guerra Civil y la posguerra “no eran muertos, sino ausentes”. Pensaban que iban a volver, que se habían refugiado en otro país, que el C3 había sobrevivido. Viudas que iban al puerto de Cartagena esperando que llegara el féretro de su marido, hijos que no se acuerdan de su padre. “Joaquín había muerto tantas veces que no se acababa de cerrar el duelo. Un desaparecido nunca acaba de morir. Eso es lo más terrible”, dice una de las familias de los marineros en el documental de Hergueta.
Una misión nazi para ayudar a Franco
¿Existía un plan definido para atacar al C3? ¿Fue casualidad? En la cinta se radiografía, con la música del compositor Antonio Meliveo y voz en 'off' de José Coronado, los detalles de la operación Úrsula. Úrsula era el nombre de la hija del capitán de corbeta Karl Doenitz, comandante de la segunda flotilla de submarinos con base en Wihelmshaven y sucesor de Hitler. Willard C. Frank Jr. investigó en los archivos de la Kriegmarine alemana y destapó cómo el Estado Mayor de la Marina alemana inicia en España una operación el 2 de noviembre de 1936 junto a Italia. Ambos países enviaron dos submarinos con el objetivo de destruir buques españoles de bandera republicana.
Alemania e Italia incumplieron el Acuerdo de No Intervención en España, firmado el 8 de agosto de 1936, impulsado por Francia y Reino Unido, y suscrito por 27 estados europeos. “Aquí se hizo más notorio, si aún no había quedado patente, que los nazis ayudaron a Franco en la Guerra Civil”, precisa el abogado malagueño nacido en 1960. En la acción, que fue determinante, no podían cometer ningún error. El blanco tenía que ser fácil. Sin riesgo alguno. Todos los marinos firmaron un pacto secreto “por el que sería alta traición contar alguna vez estas operaciones”. Incluso se les amenazó con la pena de muerte si contaban algo sobre la operación Úrsula.
Frank, docente en Norfolk (Virginia) de altos oficiales y que había sido marino de la VI flota, consiguió de los archivos un documento interno. Era el mensaje nº F.T. 1603 K, enviado por el U34 el mismo 12 de diciembre. “1419 U-Boot C Klass vor Málaga versenkt” (“a las 14:19, hundido un submarino de la clase C ante Málaga”), como figura en el German U-Boat Museum. El documento que consiguió el profesor a finales de la década de los ochenta marcó el inicio de la guerra submarina clandestina. Hacía tan solo un año que Alemania disponía de buques sumergibles con la más avanzada tecnología.
Málaga y el estrecho de Gibraltar fueron clave en ese inicio de la guerra. Todo habría quedado en un golpe si se hubiera protegido el litoral
El profesor estadounidense falleció en 2014. Uno de los momentos más especiales para él fue la presentación del documental ‘Operación Úrsula’ en el cuartel general de la Armada, en Madrid. Fueron 40 altos oficiales, incluido el hijo del almirante Carrero Blanco. “Era un investigador comprometido y que se ofrecía a liberar fantasmas. No se podían ocultar episodios que formaban parte de la historia de una forma natural. Málaga y el estrecho de Gibraltar fueron clave en ese inicio de la guerra, que se podría haber parado. Todo habría quedado en un golpe si se hubiera protegido el litoral”, relata Hergueta.
El cineasta está ahora en otros proyectos. La investigación de Frank permitió recuperar la memoria y los familiares del submarino no han logrado todavía el rescate del sumergible. Checa sigue saliendo a pescar por la zona de El Palo, donde se encuentra sumergido el C3. Los días más tranquilos, ve salir del agua burbujas que dibujan círculos. Y el olor a gasoil, guerra y marineros sin tumba.
Agustín Rivera para el Confidencial.com
Dentro de un submarino alemán
Un submarino hundido, levantado de las profundidades
por Alex P. Arbuckle - Mashable
sala de control se mira hacia atrás, del lado de estribor. La boca de acceso al pozo periscopio y varias ruedas de válvulas para las inundaciones y soplado son visibles.
IMAGEN: Tyne & Wear Archives & MUSEOS
A lo largo de la Primera Guerra Mundial, Alemania utilizó su flota de 351 Unterseeboote (coloquialmente llamados submarinos en Inglés) para librar la guerra submarina contra buques aliados.
Frente a un bloqueo naval abrumadora por los británicos, los alemanes respondieron el 4 de febrero, 1915 por la que se declara las aguas alrededor de las Islas Británicas una zona de guerra.
Mientras que los submarinos tuvieron un éxito limitado contra los buques de guerra británicos ágiles, buques mercantes y buques civiles que operan en la "zona de guerra" eran objetivos fáciles para los torpedos.
El hundimiento de los buques civiles como el r.m.s. Lusitania en última instancia hizo que los Estados Unidos para unirse a la guerra del lado de los aliados.
El 19 de julio de 1918, el de doble husillo de submarinos 110 estaba participando de un convoy buque mercante en el Mar del Norte de la ciudad de Hartlepool cuando fue forzada a la superficie por cargas de profundidad aliadas. Luego fue embestido y hundido por el H.M.S. Garry, un destructor torpedero.
Más tarde ese año fue rescatado y se coloca en los diques secos de Wallsend Swan Hunter Wigham Richardson Ltd en Inglaterra, con órdenes de volverla a la condiciones de trabajo.
Estas fotos de su estrecho interior y complejo se tomaron antes del armisticio del 11 de Nov. de 1918, después de lo cual fue desmantelado y vendido como chatarra.
U.B. 110 en el dique seco.
Sala de control eléctrico.
Sala de control eléctrico, mirando a popa al puerto.
Sala de torpedos de popa.
Sala de máquinas, mirando hacia adelante en el lado de estribor.
Sala de control eléctrico, mirando hacia adelante.
Sala de control mirar hacia adelante. engranaje del hidroavión, profundidad y medidores de combustible son visibles.
Mesa del comedor y armarios.
En tercer compartimento, taquillas de la tripulación.
Sala de torpedos hacia adelante.
Los cuatro tubos lanzatorpedos.
Sala de torpedos de popa mirando. La viga de elevación de los torpedos en su lugar es de arriba.
Sala de control eléctrico, mirando a popa al cuarto de máquinas y sala de torpedos de popa.
Número 6 compartimiento con literas.
Número 5 del compartimiento, con el lado de estribor.
Espacio de la tripulación.
Sala de control se mira hacia atrás. Ruedas para subir y bajar el periscopio son visibles.
Sala de control mirar hacia adelante. El medidor de profundidad, motor de telégrafos, ruedas para las inundaciones y soplado, y los controles son visibles hidroavión.
Sala de control mirar adelante al puerto. Ruedas para controlar la temperatura del aire y la presión son visibles.
Sala de torpedos hacia adelante.
Sala de control. La brújula giroscópica, eje de dirección de control, el motor de telégrafos y tuberías de voz son visibles.
Sala de máquinas diesel.
por Alex P. Arbuckle - Mashable
sala de control se mira hacia atrás, del lado de estribor. La boca de acceso al pozo periscopio y varias ruedas de válvulas para las inundaciones y soplado son visibles.
IMAGEN: Tyne & Wear Archives & MUSEOS
A lo largo de la Primera Guerra Mundial, Alemania utilizó su flota de 351 Unterseeboote (coloquialmente llamados submarinos en Inglés) para librar la guerra submarina contra buques aliados.
Frente a un bloqueo naval abrumadora por los británicos, los alemanes respondieron el 4 de febrero, 1915 por la que se declara las aguas alrededor de las Islas Británicas una zona de guerra.
Mientras que los submarinos tuvieron un éxito limitado contra los buques de guerra británicos ágiles, buques mercantes y buques civiles que operan en la "zona de guerra" eran objetivos fáciles para los torpedos.
El hundimiento de los buques civiles como el r.m.s. Lusitania en última instancia hizo que los Estados Unidos para unirse a la guerra del lado de los aliados.
El 19 de julio de 1918, el de doble husillo de submarinos 110 estaba participando de un convoy buque mercante en el Mar del Norte de la ciudad de Hartlepool cuando fue forzada a la superficie por cargas de profundidad aliadas. Luego fue embestido y hundido por el H.M.S. Garry, un destructor torpedero.
Más tarde ese año fue rescatado y se coloca en los diques secos de Wallsend Swan Hunter Wigham Richardson Ltd en Inglaterra, con órdenes de volverla a la condiciones de trabajo.
Estas fotos de su estrecho interior y complejo se tomaron antes del armisticio del 11 de Nov. de 1918, después de lo cual fue desmantelado y vendido como chatarra.
U.B. 110 en el dique seco.
Sala de control eléctrico.
Sala de control eléctrico, mirando a popa al puerto.
Sala de torpedos de popa.
Sala de máquinas, mirando hacia adelante en el lado de estribor.
Sala de control eléctrico, mirando hacia adelante.
Sala de control mirar hacia adelante. engranaje del hidroavión, profundidad y medidores de combustible son visibles.
Mesa del comedor y armarios.
En tercer compartimento, taquillas de la tripulación.
Sala de torpedos hacia adelante.
Los cuatro tubos lanzatorpedos.
Sala de torpedos de popa mirando. La viga de elevación de los torpedos en su lugar es de arriba.
Sala de control eléctrico, mirando a popa al cuarto de máquinas y sala de torpedos de popa.
Número 6 compartimiento con literas.
Número 5 del compartimiento, con el lado de estribor.
Espacio de la tripulación.
Sala de control se mira hacia atrás. Ruedas para subir y bajar el periscopio son visibles.
Sala de control mirar hacia adelante. El medidor de profundidad, motor de telégrafos, ruedas para las inundaciones y soplado, y los controles son visibles hidroavión.
Sala de control mirar adelante al puerto. Ruedas para controlar la temperatura del aire y la presión son visibles.
Sala de torpedos hacia adelante.
Sala de control. La brújula giroscópica, eje de dirección de control, el motor de telégrafos y tuberías de voz son visibles.
Sala de máquinas diesel.